02 Hacia la comarca del Besaya

by Julen

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Por la tarde en Gibaja hubo que hacer recuento de heridas de guerra a cuenta de los ataques inmisericordes de tábanos y demás fauna volante asesina. Menos mal que mi poción mágica -algún día le dedicaré unas líneas- se portó y fue capaz de neutralizar en parte algún que otro ronchón que ya empezaba a destacar en la pierna izquierda. Diossss, qué malos bichos. Bueno, el calor del verano y el ganado suelto por el monte traen consigo estos daños colaterales. Resignación.

Gibaja no daba mucho de sí, ya lo sabía. La iglesia parroquial de San Emeterio y San Celedonio estaba cerrada a cal y canto. Un escrito en la puerta informaba de las normas en esta y otras parroquias cercanas. El gel hidroalcohólico te lo traes de casa, que las hostias pasan por muchas manos, y a repartirse bien por los bancos, nada de aglomeraciones provocadas por la fe. Ya se sabe, la nueva normalidad afecta también a la santa madre iglesia.

Pues eso, me dediqué a leer Billete de ida, la biografía de Jonathan Voughters, el libro que me he traído para este viaje publicado por Libros de Ruta (es un decir, porque va en el Kindle). Todavía estoy en su época de juveniles, pero ya aparece en escena un tal Lance Armstrong y no se le describe como chico humilde precisamente. Llama la atención el espíritu ultracompetitivo del que habla Voughters en el ambiente ciclista en que se movía. Y no solo por el caso de Armstrong, sino de todos aquellos chicos de 17 o 18 años que parecían ir a muerte en cada carrera. En fin, de aquellos polvos surgieron los lodos que ya hemos conocido en el ciclismo profesional y en otros deportes.

Hoy me había planteado etapa de transición para acercarme a la comarca del Besaya. Mañana espera un etapón con un par de subidas bastante largas que terminarán llevándome al Alto de la Palombera para luego acercarme a Reinosa, en donde haré un par de noches. Así que hoy carreteritas con buena letra, suave suave.

Siguiendo el río Asón me he acercado a desayunar a Arredondo, tras dejar atrás Ramales de la Victoria. Desde allí he subido el Puerto de Alisas, uno de esos míticos de La Vuelta. No es que tenga nada del otro mundo. Por el lado de Arredondo es muy tendido con una pendiente constante en torno al siete por ciento. Una vez que pillas el desarrollo adecuado, tipitapa hasta arrriba. Eso sí, tiene buenas vistas y es muy agradable de pedalear. Hace años lo subí con la bici de carretera en un día que hice también Lunada y el Portillo de la Sía. Ahora, cargado con mochila y ruedas gordas, nada que ver. Pero, como digo, se sube bien.

Tras las típicas fotos arriba, decido por si acaso ponerme el cortavientos para bajar hasta Liérganes. Al de poco de comenzar a bajar hay un monumento al ciclismo. Está lleno de pintadas. Muy típico del país, ¿verdad? En fin. El descenso es una delicia, la verdad. Me cruzo con un par de millones o tres de ciclistas que suben a Alisas. Los hay, por lo que vi arriba, que se dejan los hígados en la subida. Un KOM es un KOM.

Callejeo un poco con Liérganes, me hago con un par de plátanos y hago avituallamiento líquido. Desde aquí tocan carreteras más bien insulsa, con un breve tramo por la Vía Verde del Pas que da un poco de tranquilidad entre tanto tráfico.

No sé muy bien, pero voy flojo. La etapa no tiene mucha exigencia física pero parece que hoy no es día alegre de piernas. Los kilómetros van pasando con más pena que gloria. Por fin cojo la carretera nacional que su e hacia Reinosa y que ahora apenas tiene tráfico porque hay autovía.

Un poco antes de La Serna, en donde tengo el alojamiento reservado, paro a comer una ensalada en un restaurante en Arenas de Iguña. Otra vez la conversación de siempre: la movida con la higiene. Por favor, use el dispensador higiénico. Desinfecta tu calzado. Uso obligatorio de mascarilla. Luego, dentro, cada cual a lo suyo. De todo hay: quien usa mascarilla, quien no la usa y quien la lleva de babero.

Bueno, mañana nos metemos de lleno en la reserva del Saja-Besaya con dos puertacos de consideración. Será etapa de montaña de verdad. Ya os contaré.

Por la Vía Verde del Pas

Evidente: Puerto de Alisas

El Asón cerca de Ramales de la Victoria

Fotografías de la ruta

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