En el IV Congreso Mundial de Consultoría Artesana en Red hablamos de incrementar la cifra de facturación. ¿Por qué? Para poder distribuir más. Me interesa pararme a explicar esto porque a fin de cuenta es algo que hasta ahora creo que no me había planteado. Nunca he tenido intención de crecer y sigo sin tener la más mínima intención, pero también es cierto que con el tiempo hay más personas con las que creo que podríamos colaborar. Consecuencia directa: podemos subir la cifra de facturación.
Pero hay una condición básica y fundamental: el crecimiento debe distribuirse entre más personas que pueden tener diferente tipo de relación con el proyecto de Consultoría Artesana en Red. No creo que una empresa abierta deba tratar de maximizar sus beneficios. Más veo que debe conseguir una distribución de actividad y resultados (económicos y de otro tipo) entre quienes conforman el proyecto. Y, por supuesto, esto incluye una idea amplia de grupos de interés o stakeholders.
Por ejemplo, en nuestra reunión hablamos de que quizá se podía poner en marcha un proyecto para ofrecer servicios a personas presas. Hasta ahí debe llegar la distribución de resultados: hay colectivos con los que no es posible una relación «económica». Puede ser una prestación de servicios que sirva para distribuir a otro tipo de «clientes» (quizá debiera buscar otra palabra) nuestro saber hacer. Hasta donde podamos.
La lógica de acumulación predomina abrumadoramente en la empresa competitiva moderna. Me quedo con más cuota de mercado que mi competidor. Acumulo pedidos, acumulo facturación. A costa de relegar a la competencia. En cambio, en la consultoría artesana, entre cuantas más personas podamos distribuir el trabajo y sus resultados, mejor. Cuantas más personas puedan desarrollar un modelo propio que dignifique su labor profesional, mejor. Y si la consultoría artesana es una opción, bienvenida sea. Tenemos que facturar más para que más personas vean que es una opción.
Este discurso no es nuevo. Creo que las cuatro personas que nos sentamos el otro día alrededor de la mesa compartimos el deseo de compartir. Sí, es lo que creo que más puede unirnos: compartir. Y eso es distribuir, hacer que otras personas accedan a lo que podemos ofrecer, sean pedidos y facturación, sean conocimientos, o sea simple colaboración. En realidad cada vez más veo que Aprendices y Consultoría Artesana en Red son las dos caras de una misma moneda. Una deja de lado la relación económica y otra la incorpora desde el principio. Pero ambas unidas por el mismo pegamento: compartir lo que sabemos.
5 comentarios
Me parece una decisión muy correcta, justa y responsable! cada uno poniendo su granito de arena para hacer un mundo más equitativo. Olé equipo!
@maria-VIVELO, ¿verdad? Molaaaa 😉
[…] básica”. O no, porque si eres inteligente, no hay por qué quedarse en ello, siempre que el objetivo sea distributivo. Al menos en mi punto de […]
[…] qué no repartirlo?, ¿por qué no derivarlo hacia una red de empresas y personas colaboradoras? Distribuir facturación es una forma de asumir más trabajo. Hacerlo con la vocación de que tu red crezca puede permitirte […]
[…] ¿por qué no derivarlo hacia una red de empresas y personas colaboradoras? Distribuir facturación es una forma de asumir más trabajo. Hacerlo con la vocación de que tu red crezca puede […]