Mi amigo Kepa (no le enlazo porque está de lurker total) me suele echar en cara que despotrico demasiado de la clase ingenieril. Y no, no es eso. Sólo se trata de un estereotipo. Cierto que hasta ahora ha servido para definir la cuadriculación del mundo: el paradigma del ingeniero. Bajo esta óptica el mundo es causa-efecto, secuencias lógicas, análisis deductivo, pensamiento racional. Lo siento, son simples clichés. Ya sé que es una simple generalización.

Como ya sabéis el viernes pasado me acerqué a la Universidad de Zaragoza para compartir aula con alumnos (chicos todos) de Fernando Tricas. También se apuntaron algunos repetidores insignes, bloggers incluidos. Fue el caso de Amalgama de letras y Javier Leiva, de Catorze. Éste último con madrugón incluido para venirse de Manresa. Un detalle por su parte.

Reconozco que disfruto con este tipo de encuentros en familia. Estábamos unas veinte personas, con una complicada mezcla de inmigrantes y nativos digitales. Y por respeto y edad, a los primeros nos toca enseñar a los segundos. Los chicos, muy formales ellos, acabaron preguntando algunas cosillas o, mejor, dando su opinión sobre las limitaciones actuales de la tecnología. Al final, más o menos, acabaron diciendo que donde esté la comunicación cara a cara que se quite la tecnología. Sobre todo, para resolver controversias complejas. Se ve que el Messenger no se usa para llegar a una decisión final vía complejas argumentaciones. La bronca, mejor frente a frente, en vivo y en directo.

Así que mi amigo Kepa va a tener razón y hay mucho ingeniero que reniega a ser recluido dentro su paradigma. Mucho ingeniero que, ejerciendo de humano, ve en la tecnología la herramienta que nos hace humanos. Lo mismo que me pasa a mí, que soy psicólogo. Desde partes diferentes de la galaxia hemos aterrizado en un lugar común. Hay que ver qué bien que lo pasamos.

Agradecido quedo a Fernando Tricas y también a Roberto Abizanda, quien parece que necesita tres días tranquilos en Asturias para asegurarse de que sí, de que merece la pena la decisión que ha tomado. Él ya lo entiende. Que te vaya bonito.

Por cierto, enternecedor ver un Mac SE 1/20 junto a un Plus allá abajo en un expositor del hall de entrada. Me trasladó cerca de 20 años atrás. Sí, yo también comencé con un Macintosh Plus sacando disquetes atascados con un clip enderezado. ¡Qué tiempos!

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3 comentarios

Javier Leiva 30/09/2007 - 08:20

El madrugón valió la pena por el continente y por el contenido. Gracias.

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torresburriel 30/09/2007 - 10:22

Pues a mi me hubiera gustado mucho acercarme por el CPS pero me fue imposible :S

Pa otra vez.

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fernand0 30/09/2007 - 15:43

Gracias por venir, Julen 🙂

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