De vez en cuando aparece encima de mi mesa el catálogo universitario de publicaciones de Pearson Prentice Hall. En mi caso recibo el de Ciencias Sociales y Educación (pdf aquí). Se trata de una amplica colección de libros enfocados a la docencia universitaria. Los que anden por estos territorios seguramente ya lo conozcan, pero lo comento en general porque me parece una oferta muy interesante.
El caso es que entre los libros que ofrecen encuentro uno cuyo subtítulo es «Teoría y práctica de la consultoría«, escrito por Esteban Alonso Amo (UNED) e Ignacio Gil Vallejo (consultor), según leo en los créditos. Está publicado en 2005 y sólo son 144 páginas. Trataré de localizarlo y veré qué podemos decir de él. Pero, al margen de ello, ¿cómo puede ser un libre que explica una profesión?
Dejo preguntas más que respuestas aunque podéis ver de qué va la historia:
- ¿Qué hay que estudiar para ser consultor?, ¿qué cuerpo de conocimientos es el más adecuado para tener éxito en este mundo de la consultoría? Pues me temo que pregunta sin respuesta demasiado clara. Variopinto mundo de competencias el que hace falta.
- ¿Es una vocación? No conozco ningún niño/a que a la pregunta de qué quieres ser de mayor te diga: «consultor, quiero ser consultor». Ridículo, ¿verdad? Entonces, ¿no es vocacional? Quizá sean sólo las circunstancias que, una detrás de otra, un día te conducen a pensar que puede que lo tuyo sea la consultoría.
- ¿Estamos para resolver problemas? La inmediatez y la presión del resultado están ahí. Pocos serán los que ven en el consultor algo que no esté asociado a resolver lo que va mal. El punto de partida del trabajo del consultor, nueve de diez veces, está en que algo no funciona.
En fin, pequeñas reflexiones mañaneras ahora que tengo un ratito. Cuando el libro haya estado frente a mis ojos un cierto tiempo, comento más y mejor si hay respuestas a las preguntas que hago más arriba. Ya sabéis que aquí le hemos dado unas cuantas vueltas a esto de ser consultor. En mi caso, artesano, claro está. Sólo dos botoncitos de muestra por si te interesa:
- Confesiones de un artesano (se me fue la mano emocional)
- El oficio de consultor: por qué y para qué
Además, todavía tengo pendiente mi serie de reflexiones en torno a la consultoría. Sólo llevamos dos capítulos y os recuerdo que eran diez. Tengo deberes, que habrá que ir cumpliendo.
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