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La isla de #ElHierro en bici… excepto por el túnel de Los Roquillos – Consultoría artesana en red

La isla de #ElHierro en bici… excepto por el túnel de Los Roquillos

by Julen

La primera vez que visitamos la isla de El Hierro fue en 1995 y nos impactó. Vaya si nos impactó. Era algo así como llegar a una especie de fin del mundo, a un lugar único y especial. La orografía y el paisaje de la isla nos dejó boquiabiertos y desde entonces hemos vuelto muchas veces alojándonos en diversos lugares para ir tomándole el pulso desde perspectivas diferentes: Tamaduste, El Mocanal, Erese, Las Puntas, El Pinar, La Caleta y en nuestras dos últimas visitas, aquí, en La Frontera.

Si te gusta pedalear, es una isla de la que vas a poder disfrutar muchísimo. Hay que andarse con cuidado con el viento porque los tranquilos alisios pueden mutar, de vez en cuando y según épocas del año y zonas de la isla, en otro tipo de fuerza natural mucho más salvaje. La cumbre o la zona de Lomo Negro son lugares en los que tomar precauciones. Por otra parte, al igual que puede ocurrir en La Gomera, La Palma, Tenerife o Gran Canaria, vas a tener que afrontar desniveles considerables. Pero, al margen de estas dos circunstancias, aquí también podríamos decir eso de tan de moda en otros lugares: este también es un paraíso ciclista.

En la reciente feria de Fitur se presentó, entre otras líneas de trabajo de turismo sostenible, la idea de convertir a la isla de El Hierro en «territorio referente para el cicloturismo«. Ahora mismo la isla cuenta (hasta donde llego a saber) con dos marchas referentes: la Magma Bike y la Salmor Bike. La primera es para bici de montaña y la segunda para bici de carretera. Además de estas dos pruebas, con el tiempo cada vez se ven más ciclistas por la isla, sean nativos o hayan venido de la península o de otros lugares de Europa o del mundo. La isla, por sus paisajes y su tranquilidad, es un estupendo destino. A pesar, eso sí, de que la serie Hierro, un proyecto que ha dado a conocer la isla quizá como nunca antes, jugara con la ficción de que aquí también pasan cosas 😉

En mi caso esta es la primera vez que me he traído la bici desde la península. Finalmente llegó en un plazo de doce días. La dejé en Correos allá en Bilbao un miércoles y llegó aquí el lunes, dos semanas después. Rápido no es que fuera el transporte, pero llegó y llegó bien. Nos alojamos muy cerca de donde queda la oficina de correos de Tigaday, así que recogerla fue relativamente cómodo. Como siempre que se habla de El Hierro, este es un factor clave: las comunicaciones para llegar a la isla siguen siendo muy mejorables. Si contratas un seguro un poco decente (depende, claro está, de la bici que vayas a traerte) el envío de la bici por Correos superará los 200 euros sumando ida y vuelta. Lo mínimo, con el seguro básico, te saldrá a día de hoy por algo más de 150 euros. Otra opción es traértela en el avión, a sabiendas de que es muy probable que tengas que hacer transbordo con la bici en Tenerife Norte, el lugar más habitual desde el que coger el avión para llegar hasta El Hierro.

Dicho lo anterior, la isla es muy tranquila para pedalearla, lo hagas por unas carreteras que, en general, están muy bien asfaltadas o por caminos y pistas de tierra. La soledad te acompañará junto a unos paisajes de ensueño. Arriba en la cumbre la claridad del cielo sobrecoge. El vulcanismo de la isla regala formas y colores para descubrir a cada pedalada. Si te vienes con la bici de monte el fayal-brezal impregnará de magia tu pedaleo si te subes a la zona de La Llanía. Bajar por el Camino de la Virgen es otra experiencia fantástica. Ya ves, opciones las tienes todas. Pero…

En 2003 se produjo uno de los grandes acontecimientos en la historia reciente de El Hierro: se inauguró el túnel de Los Roquillos. Por simplificar, podemos decir que la isla queda dividida en dos en función de su orografía. Antes de que se construyera el túnel, de 2.400 metros de longitud, hacía falta transitar por la «carretera de la cumbre» (1.300 metros de altitud) para pasar de una a otra. Desde San Andrés tocaba subir hasta La Llanía y luego afrontar el descenso hasta La Frontera. Desde la Villa de Valverde, capital administrativa de la isla, hasta el Valle del Golfo, donde queda La Frontera, el segundo de los tres municipios de El Hierro, suponía un viaje que pasaba de largo de la media hora. Con el túnel todo queda ahora en menos de la mitad y por una carretera mucho más segura. El matiz está en que todo esto es… ¡para los coches! Las bicis tienen prohibido el tránsito por el túnel.

Hasta donde sé es una cuestión normativa. La ley es la ley. Las bicis no pueden transitar por túneles de una determinada longitud. Claro, depende de cómo sean los túneles, digo yo. Algo parecido sucede en Bilbao con los túneles de Artxanda, una obra que permite acceder hasta el Parque Tecnológico de Zamudio sin subir el Alto de Santo Domingo, todo un progreso. Eso sí, si lo haces en coche. En bici, nada de nada. El progreso tiene estas cosas: las comunicaciones mejoran la calidad de vida. El túnel de Los Roquillos es un fantástico ejemplo. Siempre que tu medio de desplazamiento sea el vehículo a motor. Para quienes empleamos las piernas y damos ejemplo de que la isla de El Hierro es un «territorio referente para el cicloturismo» no hay nada que hacer: prohibido.

El túnel en cuestión, como decía antes, tiene una longitud de 2.400 metros y salva un importante desnivel. En subida dispone de un carril para vehículos lentos. Dentro, la velocidad está limitada a 60 kilómetros por hora. Bajando, ni que decir tiene que con una bici podrías ir tranquilamente a esa velocidad. Vamos, que no desentonarías en cuanto a velocidad comparándola con la de los vehículos a motor. Otra cosa es la subida, que llevaría su tiempo, no cabe duda. Pero todo esto no va a ningún lado porque está prohibido. Los ciclistas no podemos subirnos desde La Frontera hasta Valverde por el túnel de Los Roquillos. Nos espera la cumbre. Que sí, que disfruto de esa subida, pero el peso de la ley aplicado en este caso a la comunidad ciclista, desde mi punto de vista, es un castigo.

Conste que en la isla hay otro túnel que se las trae. Me refiero al túnel que da acceso a la zona de Las Playas. Según vienes de Timijiraque, un túnel de casi un kilómetro y de solo un carril te lleva hasta el Roque de La Bonanza. Esperas a que el semáforo se ponga en verde y lo pasas en un abrir y cerrar de ojos porque está en bajada. Pero a la vuelta es otro cantar. El semáforo se pone verde y comienzas a subir por el túnel, que consiste en una única recta. A mí, al menos, no me da tiempo a recorrerlo entero con un semáforo. Puede que tenga que subir a la acera porque el semáforo de arriba ha dado paso a los coches que estaban esperando. Bueno, no pasa nada, hay acera.

¿Por qué las bicis no pueden transitar por el túnel de Los Roquillos? Sencillamente porque su diseño no lo tuvo en cuenta. La comunidad ciclista en aquella época sería testimonial. Hoy, en cambio, la isla de El Hierro quiere promocionarse como «territorio referente para el cicloturismo». Desde La Frontera se sufre el castigo de no poder utilizar una de las tres vías de salida. En fin, el tiempo seguirá trayendo progreso. Esperemos. Esperemos que se abra la puerta, de verdad, a la comunidad ciclista. Y que ese túnel también se pueda pedalear. ¿Lo llegaremos a ver?

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