Volvemos a las buenas costumbres de publicar cada martes una reseña de una obra del género negro. Esta vez vengo con el el que han propuesto en la Tertulia Noir, un muy particular club de lectura que funciona aquí en Bilbao. Se trata de Caballos lentos, de Mick Herron, publicada por la editorial Salamandra en su colección Black Salamandra. Si eres de series quizá te suene Slough Horses, que ya va por la cuarta temporada, la cual, por cierto, se acaba de estrenar esta semana pasada. Pero, ojo, para que te hagas una idea: la temporada anterior le ha supuesto la nominación a nueve premios Emmy. El asunto de va de espías, del MI5 nada menos. Pero no de los que lucen, sino de aquellos que han sido castigados, por sus supuestos errores, a la casa de la ciénaga.
La novela, lo reconozco, me ha costado al principio. Pero diría que tras un primer tercio con el que no terminaba de engancharme, después ha sido todo lo contrario. He ido como del negro al blanco. Bueno, o al revés. Porque creo que hace falta un tiempo para ir cogiendo cariño a esta cuadrilla de personajes que forman «parte de una empresa que no importaba a nadie, en la que gente a la que todo le daba igual se ocupaba de tareas que no tenían la menor importancia».
Así pues, quienes ¿trabajan? en este edificio deben asumir que están allí más o menos para nada. Su dedicación gira en torno al aburrimiento, a no hacer nada que pueda ser de provecho. Están condenados al hastío. En términos laborales: un caso paradigmático de mobbing. Pero, claro, el argumento de la novela nos permite ir escarbando hasta llegar a un desenlace final que deja la puerta abierta a más casos surgidos de los submundos del espionaje.
Dejo para el final lo que parece ser un argumento fundamental del éxito de la serie. No me refiero solo a la adaptación televisiva. Mick Herron lleva ya publicadas 22 novelas con estos protagonistas, una producción mucho más extensa que lo se ha reflejado en televisión hasta ahora. Quien emerge como una figura referente es, claro está, Jack Lamb. El personaje al frente de la casa de la ciénaga que se nos dibuja como un tipo desaseado, gordo, que se tira pedos y se rasca los sobacos. O sea, un antihéroe o algo parecido que poco a poco se te va haciendo un hueco en el rincón de tipos entrañables.
El reino del irreverente y sarcástico Jackson Lamb está en Londres y se llama Casa de la Ciénaga, un vertedero al que van a parar los miembros de los servicios secretos que han cometido un error, ya sea olvidar un documento en un tren, despistarse en una ronda de vigilancia o volverse poco fiables a causa del alcohol. Sus colegas los denominan «caballos lentos», son los parientes pobres del espionaje británico y todos comparten las ganas de salir de allí a cualquier precio y volver a la acción.
Pues sí, es muy probable que lea alguno más. Ya empezamos. ¿De dónde sacar tiempo para leer tanto?
3 comentarios
Me pasó lo mismo: me costó un poco entrar, pero luego me fue enganchando completamente. Tengo pendiente seguir con el resto. Poco a poco.
Si te gusta la novela negra ambientada en UK, te dejo dos sugerencias muy british que igual quieres explorar: la serie del inspector Thomas Lynley y la sargento detective Barbara Havers, de Elizabeth George; y la del inspector Adam Dalgliesh, de P. D. James.
¿De dónde sacar tiempo para leer tanto? De trabajar un poco menos… 😉 😉
Casi me olvido: la serie del inspector Thomas Pitt, ambientada en la Inglaterra victoriana, de Ann Perry. Cuya biografía, por cierto es cuando menos curiosa.
Mil gracias por las sugerencias, Aitor. Fíjate que no he sido yo muy «british» a la hora de ir leyendo novela negra. Quizá ha llegado el momento, jejeje. Tomo nota de las sugerencias. A P.D. James ya la he leído, pero no a Ann Perry ni a Elizabeth George. Bueno, te hago caso, voy a trabajar menos 😉