Creo que no falto a la verdad si digo que esta novela de Rosa Ribas es de lo que más me ha gustado en mis últimos años de lectura del género negro. En su día ya reseñamos aquí las dos entregas anteriores de la serie (Un asunto demasiado familiar y Los buenos hijos) que está dedicando a Detectives Hernández, una agencia de investigación de carácter familiar. Claro que el concepto de familia en manos de la autora es toda una disculpa para desarrollar un universo en sí mismo.
Ahora, con esta tercera entrega, Nuestros muertos, cada miembro de la familia recibe una dosis extra de caracterización, por decirlo de alguna manera. Incluso el hermano (o el hijo) que fue asesinado sigue presente en las investigaciones. Los muertos, por supuesto, ocupan su espacio, sean del bando de los buenos o de los malos, aunque esta frontera, ya sabéis, no es tan fácil de establecer.
El libro vuela a través de capítulos en general breves que no te permiten descanso alguno. La trama avanza desde una mirada poliédrica en la que cada miembro de la familia se autorretrata en sus pesquisas. Como decía antes, la psicología de los personajes subyuga, por curiosa y anómala. Los Hernández son una familia evidentemente disfuncional, pero quienes leemos sus investigaciones terminamos por formar parte de ella. Asumimos la parte que nos corresponde de disfuncionalidad. Rosa Ribas lo consigue: la familia se amplia con quienes nos entregamos a devorar sus páginas.
Pues bien, este próximo fin de semana Rosa Ribas recibirá el Premio Bruma Negra 2023. Será el sábado día 10 de junio a las 19:30 en la que ya es XI edición de estos Encuentros de Género Negro que se extienden desde el viernes 8 hasta este acto final del sábado. Noemí Pastor mantendrá una conversación con la autora. Cómo no, allí estaremos. Si queréis más información sobre esta edición de Bruma Negra, podéis echar un vistazo a su sitio web.