El viernes pasado tuve el gusto de poder pasar por la fiesta del aniversario de los diez años de Emana. Como quizá ya sepáis si leéis este blog, estuve acompañando recientemente a esta empresa en su reflexión estratégica. Así que era obligado pasar por allí. Este proyecto, que cabalga a lomos de María Carrascal, su fundadora, y de un potente equipo a su alrededor, se ha hecho un hueco mediante una oferta de mucha calidad en torno a la formación y el acompañamiento a las organizaciones. Nada de medias tintas. Las cosas, bien hechas. Emana lo ha sabido hacer y lo seguirá haciendo.
En El Silo, en Olabeaga, aquí en Bilbao, nos dimos cita un buen número de personas. Esas que, supongo, conformamos su capital social. Porque, cuando pasan diez años, la cartera de clientes se va destilando y aparecen personas y entidades con las que haces química. El Silo, una antigua fábrica de café, se convirtió el viernes en otro tipo de fábrica, una en la que se cocinan complicidades y se brinda reconocimiento mutuo por la singladura de diez años.
Así pues, no quería dejar pasar el momento y escribir aquí para dar fe de que el proyecto continuará. ¿De qué manera? Como todo proyecto con un fuerte anclaje en torno a su fundadora, debe transformarse. Es ley de vida. Lo hará, no hay duda. Durante la reflexión estratégica dibujamos una impresionante línea del tiempo. Me parecía que lo más sencillo era compartirla aquí. Haz clic en la imagen adjunta y sumérgete en poco más de dos minutos y medio de vídeo en diez años de vida de Emana. Zorionak.
P.D. El 22 de marzo de 2013, allá cuando Emana comenzaba, escribí este artículo: El oficio de la consultoría: un enfoque artesano. Casualidad, sí, estuvimos muy cerca del nacimiento de este proyecto. Qué bien le han sentado los años 😉