La novia vestía de negro, de Cornell Woolrich #NovelaNegra 68

by Julen

Es muy probable que La novia vestía de negro te venga a la cabeza, en primer lugar, como película. En 1968 se estrenó una adaptación italofrancesa de esta novela, dirigida François Truffaut y Jeanne Moreau, y en la que también actúa esta actriz. Según parece, es un homenaje de Truffaut al cine de su idolatrado Alfred Hitchcock. La novela original fue escrita en 1940 por Cornell Woolrich, a veces más conocido por sus otros pseudónimos: William Irish o George Hopley. De hecho es con el primero de estos dos con el que la publicó originalmente.

Estamos ante un escritor estadounidense del género negro de quien se dice que es el más adaptado al cine y la televisión. Hay quienes lo colocan a la altura de Dashiel Hammet o de Raymond Chandler, para que os hagáis una idea del nivel. Seguro que os suena La ventana indiscreta, la película de Alfred Hitchcock, ¿no? Pues la apuntáis en la lista de Cornell Woolrich.

La biografía de este hombre le retrata como un individuo cuando menos peculiar. A pesar de que la historia le ha colocado en un lugar preferente del género negro, murió alcoholizado, enfermo de ictericia y tullido a cuenta de un pie gangrenado que terminó en la amputación de la pierna. Así fue como terminó sus días, en una silla de ruedas, y, según parece, enfadado con el mundo.

La novia vestía de negro comienza en el momento exacto en el que la protagonista coge un tren para iniciar un largo viaje que termina, sin embargo, en la siguiente estación. A partir de aquí, de volver al escenario al que pertenecía, inicia la cuenta atrás para llevar a cabo una serie de asesinatos. Cada uno de ellos va ocupando un capítulo del libro, cada uno de ellos con su particular historia. Las escenas que los presentan son fantásticas. Participar de ellas como lector, inmiscuirse dentro de las conversaciones, es un placer. Por supuesto, con la clara intención de comprender la lógica. Porque la hay, claro que la hay.

Tienes que ubicarte en 1940 y seguramente teñir de blanco y negro cada una de esas escenas. La lógica del asesinato en serie es, más que nunca, la derivada de un origen que lo justifica. Eso ya lo intuimos. Pero cada pieza añade matices para tratar de descubrir por dónde llegará el momento final. Y llega, aunque quizá no del todo como lo preveíamos. Entendemos, por fin. Y entiende la protagonista.

Si quieres clásicos, no hay duda alguna de que aquí tienes uno muy recomendable. Lo leerás como si fuera una película; al menos si eres capaz de fundir a los personajes en blanco y negro y pensar que Cornell Woolrich es un mago del guion. La culpa fue del cine. Pero primero fue la novela. Ni que decir tiene que la he devorado en un par de días.

Imagen de latiendadelasflores en Pixabay.

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