La mujer del faro, de Ann Rosman #NovelaNegra 56

by Julen

Tenía pendiente compartir por aquí una breve reseña de La mujer del faro, de Ann Rosman. Retomamos así esta sección del blog en la que mostramos esa otra faceta: la de lector compulsivo de novela negra. Sí, ya vamos por la reseña número 56. Más o menos nos da para leer una novela a la semana desde hace un buen tiempo. Ya veis que la enfermedad reviste su gravedad. Bueno, vamos con ello, que en este caso tiene un preludio.

Para ambientar la ruta y no perder la costumbre de leer novela negra mientras pedaleamos, he pensado que lo mejor era elegir alguna que tuviera que ver con un faro. Es así como he dado con La mujer del faro, de Ann Rossman. La trama se sitúa en la isla Hamneskär, en Suecia. Allí está el faro Pater Noster, en un lugar inhóspito y bastante trágico. La autora escribió su obra en 2010, pero no ha sido hasta 2020 cuando el faro ha vuelto a cobrar vida de nuevo al convertirse en alojamiento hotelero con encanto. Si bien el edificio es de 1868, las autoridades parece que lo han mantenido en buen estado. Bueno, supongo que la historia de Ann Rossman no será tan plácida, ¿no?

Esto era lo que escribía cuando comenzamos nuestra ruta por la costa desde Luarca hasta Lisboa en bici de montaña. Las circunstancias hicieron que no fuera capaz de cumplir con la previsión de lectura. Así que la espina estaba aún clavada y, por fin, estos días nos la hemos podido sacar. Ann Rosman es sueca. Y escribe novela negra. Ya, otra más de la interminable saga que procede de los países nórdicos. Pues… va a ser que sí.

Claro que si vives en un pueblo con la magia de Marstrand, junto a una costa con una orografía complicada y en un lugar azotado por vientos y con temperaturas gélidas, puede que las historias que incluyas en tus novelas no sean precisamente de alegría y regocijo. Sea como sea, la autora, como decía en el extracto anterior, se recrea en torno al faro Pater Noster. Y echa la mirada hacia atrás para hurgar en los tiempos del nazismo y las riquezas arrancadas a los judíos. El transporte de ese expolio es el marco de fondo para la trama.

Ha sido otra de esas novelas que me he fundido en dos días. Siempre digo que para mí es una buena señal. No obstante, reconozco que la novela está impregnada de los tópicos de lo que nos viene de los países nórdicos. Los paisajes mandan y parece como que no pueden dar pie a nada bueno. La naturaleza humana baja a sus profundidades para encontrar historias que desasosiegan. Pero, en fin, eso es algo que uno puede esperar cuando lee novela negra, ¿no? La cosa va de muertes que no parecen precisamente naturales. Como la de un hombre que aparece emparedado allá en la isla Hamneskär, junto al faro Pater Noster. No es mal escenario para ambientar la novela, ¿verdad?

La imagen, de Henrik Trygg, está tomada de Traveler.es.

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