Realidad, virtual y aumentada: para comprar, por supuesto

by Julen

Hoy en día somos capaces de distinguir la realidad virtual y la realidad aumentada de «la realidad», así a secas. Nuestra fisiología nos proporciona un conjunto de capacidades para aprehender el mundo. Hasta no hace mucho, era la principal (por no decir la única) manera de interactuar con lo que está ahí afuera. Claro que esto de fuera y dentro —además de aportar combustible a Barrio Sésamo— siempre ha dado pie a mucha discusión metafísica, pero creo que, en general, nos ha ayudado, como distinción básica, a manejarnos con la realidad. Sea independiente de quien la observa o condicionada por las lentes que empleamos.

Ayer mismo Antonio Sabán publicada vía Genbeta un artículo que titulaba así: Google quiere ser el ‘Control+F’ vitaminado de la vida real: así funciona su espectacular búsqueda personalizada de objetos. Como tantas otras veces, todo pasa por el dispositivo que llevamos encima y que Roger Bartra define como exocerebro. Sí, me refiero al teléfono móvil. Este aparato, ya no hay ninguna duda, es una extensión de lo que somos. Añade capacidades a las que nos vienen de serie, dada nuestra naturaleza humana. Podemos aumentar o virtualizar la realidad gracias a este cacharro.

En el artículo que menciono se explica cómo Google Lens, una app con la que cada vez estamos más familiarizadas, nos proporciona información de valor en torno a los productos que se despliegan en un lineal de cualquier supermercado. El móvil nos hace las veces de radar y es capaz de atrapar información de lo que está a nuestro alrededor. Interactuando con la aplicación, podemos encontrar de manera más rápida y fiable lo que estábamos buscando.

Casualidad o no, el asunto tiene que ver con que la realidad aumenta para que hagamos mejor lo que tenemos que hacer: comprar. El Control + F pone el foco donde tiene que ponerlo: en el acto fundamental que se espera de nosotras en la sociedad actual: consumir, comprar. No tengo duda alguna de que esta tecnología seguirá avanzando. Porque una realidad aumentada para aumentar la compra tendrá detrás la inversión necesaria. Faltaría más. Nuestro papel como consumidores está en juego y todo lo que ayude a que crezca el caudal tendrá el beneplácito de las grandes empresas que dominan el mundo. Porque lo dominan, ¿no?

En fin, gran futuro este que le espera a la realidad aumentada. Más y más. Todo sea para que comprar sea más fácil, cada vez más fácil, casi inevitable. Qué listos son, joder.

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