¿Tu pasión convertida en modelo de negocio? No es tan fácil

by Julen

El trabajo nos dignifica. Pues lo siento, me temo que el concepto «trabajo» admite demasiadas acepciones como para creerse a pies juntillas la afirmación anterior. Claro que —hasta la fecha al menos— el trabajo ha ocupado un lugar central en nuestras vidas. Porque trabajar es lo que había que hacer para generar ingresos económicos. La otra opción, la de vivir en la pobreza, no era de recibo. Ahora bien, ¿qué lugar ocupa el trabajo en tu escala de valores? Es una pregunta complicada cuya respuesta depende de muchas circunstancias y que puede irse modificando a lo largo de nuestras vidas.

Haz de tu pasión tu trabajo. Tremenda la carga emocional que encierra este mantra, bastante repetido en el moderno sistema de emprendimiento que ha nacido a la luz de la crisis sistémica que vive el trabajo tradicional. Aquellos empleadores masivos de la segunda mitad del siglo XX que necesitaban mano de obra a quintales han desaparecido. Al menos en el primer mundo, porque ya sabemos que en países pobres y en vías de desarrollo continúan vigentes modelos de negocio que demandan manos, muchas manos.

Hablo de lo anterior porque en breve tengo una sesión de trabajo sobre modelos de negocio en el sector de las industrias creativas y culturales. Soy de los que piensa que cuando hablamos de «negocio» hay que pararse antes a hablar de vocación, de tendencias, de ciclo vital personal, de necesidad… ¿A qué me refiero? A que no conviene dejarse llevar por la teoría sin más, sino que hay que intentar sincerarse con uno mismo para explicitar cómo queremos llevarnos con esa cosa llamada «trabajo».

¿Qué diferencia hay entre «hacer lo que te gusta» y «trabajar»? ¿Pueden ser lo mismo?, ¿deben ser lo mismo? ¿Hay que levantar barreras y distinguir bien esos dos ámbitos? ¿Conviene reconvertir un hobby en una profesión? Lo siento, estas preguntas no tienen respuestas únicas. Depende. Y aquí, en este depende creo que hay mucho en juego. Porque cada cual tenemos que decidir por qué querríamos que nos pagaran y por qué, en cambio, convendría que no. Claro que esto no es tan fácil. A ver quién está en condiciones de decidir si los ingresos económicos son escasos.

Cuando trabajas en algo sobre lo que, teóricamente, tienes control, conviene, no obstante, aclararse en este sentido. Existen leyes de mercado que ni tú ni yo vamos a poder modificar. No quiero decir que no peleemos para cambiarlas si las consideramos injustas, pero quizá no podamos derribar la pared y tengamos que seguir jugando en un campo con unas reglas que, lo siento, son las que son. Me parece importante encontrar las dosis justas de utopía y realidad. Es como si fuera un continuo en el que nos podemos mover de acuerdo con los trabajos que llevamos a cabo. Hay trabajos que implican una simple transacción económica, pero hay otros trabajos que van mucho más allá.

Laloux en su afamado Reinventar las organizaciones dedica muchas páginas a hablar de la plenitud. Tiene todo un capítulo que titula La lucha por lograr la plenitud. En el fondo todo tiene que ver con la libertad de poder decidir qué grado de compromiso cada cual quiere establecer con su trabajo. Pero, claro, ¿qué pasa con esas personas que consideran que su no-trabajo es mucho más importante que su trabajo? ¿Sería mejor prescindir de ellas porque nos aportarán menos que otras más comprometidas?

Me hago esta reflexión porque cuando comience con esta sesión sobre modelos de negocio en el sector de las industrias creativas y culturales me quiero parar en este primer paso. De hecho, tengo diseñado un cuestionario para reflexionar sobre el asunto. Porque previo al modelo de negocio sé que surge enseguida —al menos en este sector— el papel que ocupa la pasión en lo que hacemos. Si trabajas cerca del arte y la cultura enseguida se habla de vocación, de lo que me gusta, de algo que sale de dentro. Y esto hay que confrontarlo luego con la realidad de mercado. Un concepto para el que no es tan fácil encontrar el hueco. Por eso el modelo de negocio, eso que haría que tu proyecto fuera sostenible económicamente, necesita una reflexió previa.

Algunos otros artículos en los que he reflexionado sobre este asunto:

Imagen de congerdesign en Pixabay.

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