Lo que no entendemos y, sin embargo, creemos entender

by Julen

No me tengo por alguien que guste de los grandes mitos. Sin embargo, he terminado de leer una biografía de Bernard Hinault, el que fuera cinco veces ganador del Tour de Francia y quizá el último campeón todoterreno en el ciclismo. Tras él llegó la especialización, la concentración en determinados objetivos a lo largo de la temporada, la planificación de los entrenamientos y los datos como nuevo maná para tomar decisiones. La biografía está escrita por William Fotheringham, que también publicó las de Eddy Merckx y Fausto Coppi. Ha sido publicada en castellano por Libros de Ruta, esa fantástica editorial que merece nuestra admiración.

Por la época en la que se desarrolla la carrera de Hinault, a finales de los 70 y en los 80, el libro es una pequeña joya para entender otra forma de competir, muy alejada de la actual. El libro, además, me parece muy útil para extraer aprendizajes desde la perspectiva del management. Y es que hoy los datos han subido a los altares como nueva materia prima para la toma de decisiones dejando —teóricamente— al lado a la intuición. Luego ya sabemos que todo es más complicado y que datos e intuición viajan muchas veces en el mismo vagón. Hinault se dibuja como un personaje que ayuda a reflexionar sobre cómo conseguir logros en un contexto complejo. Tienes más de 300 páginas para saborearlo.

En un momento dado del libro se hace una pequeña reflexión (los subrayados que veis son míos) sobre lo que sucedía dentro de un pelotón ciclista en una carrera. Por una parte, me parece un ejercicio muy interesante de humildad porque alude a la ignorancia con la que se competía y, además, pone sobre la mesa la complejidad a la que habitualmente nos vemos sometidos en muchos ámbitos no ya de la gestión en una organización, sino de nuestra vida en general.

Los famosos pinganillos han venido a inundar de información las carreras ciclistas. No se trata solo de saberse la estrategia antes de comenzar a pedalear, sino de que la puerta para recibir órdenes de los directores queda abierta de forma permanente. El soldado ahora lleva pinganillo. Sí, sus piernas son clave, pero la decisión de cómo activarlas no depende, ni mucho menos, de sí mismo. Sin embargo, hubo un momento en que allí, dentro del pelotón, básicamente se nadaba en ignorancia.

Ya no sucede lo que escribió Geoffrey Nicholson, que los ciclistas se pasan gran parte de una etapa del Tour de Francia poco menos que en la ignorancia nerviosa de lo que sucede a su alrededor; peo hay muchas veces en las que no se puede abarcar todo lo que sucede en una carrera, dada la enorme cantidad de actores —muchos de los cuales ignoran lo que sucede en un momento dado, pese a que ello sean los principales protagonistas de la acción— y una dinámica táctica siempre cambiante. El resultado de una carrera queda absolutamente claro; la complejidad de los que sucedió hasta llegar a dicho resultado no tanto.

Hoy, con datos, creemos que no es así, que sabemos. ¿Sabemos lo que sucede dentro de nuestras organizaciones? Tenemos los datos. Pero, ¿de verdad lo sabemos?

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay.

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