Las fotografías

by Julen

Aquel mundo, cuando pasaba a papel, era en blanco y negro. Lo era, además, a través de imágenes que, aunque captaban lo esencial, eran de muy mala calidad. Imágenes que a veces quedaban distorsionadas pero que, por su tremenda escasez, pasaban a convertirse en pequeños tesoros. Eran (son) las fotos de la infancia.

La vida que rodaba ágil y despreocupada en aquellos primeros años se recomponía para la fotogorafía. Primero había que encontrar el momento y luego a lo mejor una razón. Aquella fotografía llegaba precedida de una liturgia que la hacía única. Era la fotografía,  un momento único que pasaría de mano en mano, de generación en generación, para fijar recuerdos y explicar por qué aquel mundo era como era.

Aquella escasez rellenaba de emoción las imágenes. Vuelves cincuenta años atrás e intentas explicar la escena. Por qué aparece quien aparece. Qué sucedió aquel día. Cómo fue aquel momento en que unos cuantos niños merecieron el detalle. Supongo que sería una persona adulta la que hizo la mayor parte de las fotografías. Así que en su mano, en aquel dedo que apretaba el obturador y en aquella voz que intentaba ordenar la escena quedaba nuestro destino.

Hoy casi todas aquellas imágenes han viajado al mundo digital. Las escaneamos para fijar el recuerdo, para compartirlo, para que no escape de este mundo en algún descuido. Aquellas viejas cajas de zapatos contenían pequeños tesoros. Las fotografías de un pasado que se reorganiza en nuestra mente cada vez que las observamos. Aquel día concreto, muchos años después, seguía ahí.

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