El reino, de Jo Nesbø #NovelaNegra 26

Esta es la segunda reseña de una novela de Jo Nesbø que incluimos en nuestra sección de novela negra. Allá por marzo dábamos cuenta de Sol de sangre y ahora le toca el turno a la última de sus novelas, El reino. Particularmente prefieero estas obras al margen de las de la saga de Harry Hole, con la que tanta relevancia ha adquirido este superventas noruego. Esta novela es de esas, no tengáis duda alguna, que atrapa enseguida. La atmósfera y los personajes van introduciéndose en una espiral en la que, al menos para mí, era difícil detenerse. Cada página pedía la siguiente. En tres días, novela leída. Y tampoco es que sea breve precisamente.

Si con Jane Harper hablábamos del Outback australiano como un personaje más y lo mismo sucedía en la de Javier Díez Carmona con nuestro querido Bilbao, Jo Nesbø se sirve del paisaje de montaña noruego con el mismo fin. En unas condiciones de frío bastante extremo y con una comunidad local en la que el control social es la norma, la novela nos provee de una serie de asesinatos todos ellos hasta cierto punto lógicos según la secuencia en que van aconteciendo.

De por medio, claro está, vamos adentrándonos en unas relaciones familiares y de vecindad muy peculiares.

En lo alto de una montaña, en los páramos de Noruega, hay un viejo caserón habitado por un hombre solitario. Se llama Roy, es experto en pájaros, lleva la gasolinera del pueblo y en cada casa corre un rumor sobre él. Su vida gris se reabre con la vuelta de Carl, su hermano pequeño. No se ven desde que se fue a estudiar a Estados Unidos hace quince años, tras la muerte trágica de sus padres en un accidente de coche.

Así se presenta la novela. Roy Opgard, su personaje centra, nos sirve como hilo conductor de la trama. Si acaso el final puede resultar predecible, no por ello cada uno de los pasos pierde sentido. Las páginas del libro dejan espacio para conocer a un buen número de personajes. Por sus obras vamos sabiendo de ellos, cada uno con un rol complementario. Todos hacen falta en esa obra coral, que conforma un sistema perverso de muertes prematuras.

Las cosas suceden porque, de una u otra forma, tienen que suceder. Las circunstancias explican por qué y si acaso la decisión de matar tiene que ver con no arrugarse y cumplir con el deber. Hay razones por detrás y son de suficiente peso; así que manos a la obra. Eso sí, ya que hay que hacerlo, vamos a hacerlo bien.

Sí, no tengo duda alguna: te recomiendo esta novela. Yo la he disfrutado. De la mano de su protagonista, como te digo, puedes ir comprendiendo que hay que hacer lo que hay que hacer. Lee la novela y lo entenderás 😉

Lo que intento decir es que la moral está sobrevalorada como motivación para los seres humanos. Y que no se valora lo suficiente la fidelidad al grupo. Transgredimos la moral para ponerla al servicio de nuestros intereses cuando sentimos que nuestra manada está amenazada. A lo largo de la historia, las venganzas familiares y los genocidios no han sido cometidos por monstruos, sino por personas como nosotros que creían actuar de acuerdo con la moral.