Un dedo con un anillo de cuero, de José Ramón Fernández #NovelaNegra 17

A estas alturas uno no puede sino reconocer que lo que lee de novela negra se lo debe a la experta en el asunto. Esta vez, además, aunque no recordaba que ella ya había escrito su reseña ¡diez años antes!, el libro venía con recomendación. A veces, claro está, no coincidimos en gustos, pero desde que empecé a leer esta novelita sentí que daba gusto hacerlo, que estaba, desde luego, muy bien escrita y que me conducía a un universo con cierto aire de realismo mágico.

Hablamos de Un dedo con un anillo de cuero, una novela de José Ramón Fernández, que, si por algo es conocido, es por su producción teatral. Pero en esta ocasión se adentró en el género negro con una obra muy personal, que quiso ubicar en un lugar, Renada, con una colección de personajes únicos. Y lo ha escrito en apenas algo más de cien páginas. Lo bueno, si breve, dos veces bueno.

Uno desde el principio sabe que la trama va a desembocar en un asesinato (por lo menos), alrededor del cual asoma la brutalidad de lo básico pero también la delicadeza de las obsesiones. Los personajes de pueblo construyen una atmósfera de humanidad primitiva que naturaliza cierto tipo de violencia. Pero la que sucede, finalmente, resulta que va asociada a un asunto de drogas. Eso sí, con un toro de por medio. Una escena surrealista que sucede dentro del vagón de un tren.

Entre tanto hombre como puebla la novela, dos mujeres emergen protagonistas: la que será asesinada y la jueza que toma las riendas de la investigación. Para esclarecer los hechos, sin embargo, hará falta que otro personaje, esta vez masculino, aporte su sensibilidad fotográfica. Insisto, cada paso en la trama es una pieza que se presenta necesaria y se describe con esmero para ir reforzando el esqueleto de la obra. La escritura fluye y te dirige rápido hacia el final. Ya digo que la novela es breve. Al leerla se queda uno con la sensación de lo bonito que hubiera sido encontrar más páginas si es que continuaban con la misma prosa y con la agilidad de unos diálogos en los que no sobra nada. Lástima. Me quedaré con el ya me hubiera gustado seguir leyendo más.

Dicho lo anterior, puede ser de esas novelas para leer despacio y degustar cada línea. Frente a la obra faraónica, este otro formato ofrece más esencia y autenticidad. José Ramón Fernández Domínguez solo tiene publicadas dos novelas (habrá que localizar la primera). Como decía, su producción literaria, muy extensa, tiene que ver con el teatro. De hecho ha sido Premio Nacional de Literatura Dramática, Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca y Premio Lope de Vega. Vamos, una eminencia. Yo me quedo con esta novelita, una delicia que te recomiendo desde la primera hasta la última página.

Lo digital es solo información. En la película hay algo orgánico. La luz transforma un objeto. Es química, y en la química siempre queda un sitio para lo que no entendemos.

Imagen de Sammy-Williams en Pixabay.