Balance de 5 días de ruta #MTBcercanías

by Julen

No hay duda de que recordaremos este 2020-2021 por el coronavirus. Toco madera para que seamos capaces de vencerlo y lleguemos a 2022 de otra manera. Las restricciones de movilidad condicionan lo que podemos hacer y lo que no. Para quienes nos gusta viajar a lomos de nuestras bicis de montaña en rutas de dos semanas o más, ha supuesto replantear itinerarios. Nada de grandes viajes por lugares que uno tiene entre ceja y ceja por tierras lejanas. Ya el año pasado diseñamos en verano una ruta a la que denominamos #BilbaoBilbaoMTB y esta Semana Santa hemos hecho lo propio con #MTBcercanías.

En el momento de diseñar la ruta la restricción impedía salir de la comunidad autónoma salvo por causas justificadas. Lo hemos podido traducir a cinco días de pedaleo por Enkarterri y el entorno de la Sierra Sálvada. Como suele ser costumbre, dejo aquí un post de balance de la ruta, con diez apuntes, algunos con referencias muy concretas y otros más generales, para que entendáis mejor lo que ha representado.

  1. Somos privilegiados. Vivimos en un territorio fantástico para practicar MTB. Ha sido una ruta realmente «montañera» en la que, en cuanto llegabas a hacer cima o ascendías por encima de los valles, aparecía un paisaje grandioso surcado por un auténtico mar de montes, regado con miles de tonalidades de verde. Un regalo para la vista y del que disfrutamos, además, en un radio de 50 kilómetros desde donde vivimos. Sí, confinados, pero con la inmesa suerte de poder pedalear y redescubrir nuestro territorio.
  2. Llevar un ritmo más tranquilo de subida que el que yo hubiera llevado por mi cuenta –supeditado al de Alberto– me hace disfrutar más si cabe del recorrido. Permite ciclosofar más y mejor. Al no exigirme tanto, los sentidos se liberan y puedo atender a otros aspectos. El esfuerzo físico intenso parece reclamar una atención que roba al resto de sentidos. Pues bien, encantado de bajar el ritmo, esperar cuando había que esperar y… apretar cuando apetecía.
  3. Los montes de la zona minera de Bizkaia y los que se extienden hacia Enkarterri son lugares con mucha historia. Conviene documentarse para sentir la experiencia también desde el lado humano. Vale, tengo cierto conocimiento porque he nacido y vivido aquí, pero no está de más ampliar la mirada y leer para entender ese pasado del que venimos y que hoy ofrece paisajes modificados por la mano del hombre. La colección de antiguas vías de trenes mineros, los nombres mismos de las minas (nombres de mujer) o los cargaderos por donde sacaban el mineral para transportarlo sirven para entender cómo fue la vida de quienes trabajaban aquí.
  4. La ferrería de El Pobal, en el río Barbadún, data del siglo XVI, aunque lo que hoy se puede ver es, sobre todo, del siglo XIX. El progreso requería de técnicas para manipular el hierro y eso es lo que dio vida a tantas y tantas ferrerías. Hoy es solo un lugar de visita, pero, al igual que en la ruta del año pasado, nos acercamos hasta allí también por ver de nuevo su bosque de bambú, una curiosidad moderna en un lugar plagado de historia.
  5. Subir hasta el Parque Natural del Armañón es sinónimo, si el día está claro, de disfrutar de fantásticas vistas del valle de Karrantza. Desde arriba uno se pierde contando los pequeños núcleos de población que se dispersan por las infinitas laderas que componen este puzle de verdes. ¿Cuántas rutas MTB puedes pedalear por aquí? Solo hace falta echar mano de la cartografía y comenzar a recorrer sus 49 barrios. ¿Qué tal una ruta para conocerlos? Me quedo con la idea de volver a este olvidado valle vizcaíno. Por cierto, una lástima que no se esmeren algo más en el servicio al cliente en el balneario que, por lo demás, puede ser el lugar de referencia para alojarse y, de paso, recibir sus tratamientos reparadores.
  6. La iglesia de San Bartolomé en Aldeacueva, el cementerio anexo y la cueva-sumidero cercana conforman un lugar con mucha magia. La iglesia, de gran porte para lo que cabría esperar, se edificó a finales del siglo XVIII a costa del capitán Pedro Negrete Sierra, oriundo del barrio y vecino de la ciudad de México. Ahí es nada la broma. Por su parte, la cueva impresiona con una boca que, por lo que he leído, llega a los 41 metros de ancho por 15 de alto y se adentra en el interior hasta los casi 150 metros. Ni que decir tiene que se excavaron enterramientos prehistóricos, incluyendo una necrópolis infantil. Lo dicho, un lugar mágico.
  7. La Sierra Sálvada constituye un límite natural entre las tierras bajas de la vertiente cantábrica y la meseta. Impresionan sus cortados que caen a plomo. Allí está, entre otros lugares emblemáticos, el salto del Nervión. Accedimos desde Izarra por una pista que atraviesa un bosque de robles y termina en una planicie herbosa desde la que se puede acceder al borde del precipicio.
  8. Entre los lugares en los que nos hemos alojado, desde luego que me quedo con el Hospedaje Albizabal, en Amurrio. Ubicado en un antiguo caserío junto a un enorme parque, dispone de varias terrazas muy acogedoras para tomarte algo. Tienen un carta muy completa con diferentes opciones de comida informal. Le encontré al establecimiento un cierto toque francés, quizá porque la chica que lo lleva es de allí (al menos su acento lo parecía): crepes salados en la carta, los típicos servicios tan ¡franceses! o algunos detalles en la habitación. Muy recomendable.
  9. Creo que nunca como en esta ruta me había fijado en la impresionante cosecha de ortigas de que disfrutamos en este país. Era mirar a los lados de la pista o de la carretera de turno y ahí estaban. Incluso subiendo hacia Lecamaña encontramos un prado en que hasta parecía que las cultivaban, por su disposición en grandes ramilletes. Por aquí su fama siempre ha estado asociada al picor que producen si las tocas, pero anda que no tienen otras propiedades más interesantes. Alberto, algo hay hacer con ellas, ¿no?
  10. Y cómo no, tengo que terminar este balance citando «nuestro proyecto», la TransEuskalherria. Hace años, a imagen y semejanza de otras iniciativas similares como la TransAndalus, diseñamos esta tremenda ruta de MTB para recorrer nuestro territorio. Tienes tracks, fotografías, vídeos e información adicional en nuestro sitio web. En #MTBcercanías hemos usado parte de sus tracks, que siguen en plena vigencia. ¿No te animas a recorrer casi 1.500 kilómetros de auténtico MTB por esta parte del sur de Islandia? Te aseguro que no te arrepentirás 😉

En fin, como siempre, un placer pedalear con Alberto. Son ya muchas batallitas. Y las que vendrán. Seguimos disfrutando, sin prisa, de los caminos, pistas y carreteritas que nos ofrece esta estupenda geografía. A ver cuándo podemos volver a hacerlo sin las restricciones de movilidad que impone el coronavirus. Todo llegará.

Resumen en datos de la ruta
  • Kilómetros recorridos: 325,99.
  • Desnivel acumulado: 8.436.
  • Tiempo empleado: 25h 27min.
  • Etapa con mayor desnivel: Karrantza-Balmaseda, con 2.220 metros.
  • Etapa con menor desnivel: Amurrio-Bilbao, con 1.509 metros.
  • Etapa más larga: Amurrio-Bilbao, con 85,25 kms.
  • Etapa más corta: Sopuerta-Karrantza, con 52,18 kms.
Tracks en Strava
  1. Bilbao-Sopuerta
  2. Sopuerta-Karrantza
  3. Karrantza-Balmaseda
  4. Balmaseda-Amurrio
  5. Amurrio-Bilbao
Enlaces a las crónicas de cada etapa
  1. Bilbao-Sopuerta: 60,98 kms, 4h 48min, 1.622 metros de desnivel acumulado.
  2. Sopuerta-Karrantza: 52,18 kms, 4h 39min, 1.636 metros de desnivel acumulado.
  3. Karrantza-Balmaseda: 67,01 kms, 5h 39min, 2.020 metros de desnivel acumulado.
  4. Balmaseda-Amurrio: 60,57 kms, 4h 51min, 1.649 metros de desnivel acumulado.
  5. Amurrio-Bilbao: 85,25 kms, 5h 29min, 1.509 metros de desnivel acumulado.
Álbum de fotos en Flickr

Cercanías #MTB

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