Tanda de penalties: ¿quién decide? Betis-Athletic en la Copa

by Julen

Andamos por aquí en plena euforia con el Athletic. Por lo que me toca, soy consciente de que cada vez soy menos futbolero. Puede ser, no obstante, que una cosa sea el fútbol y otra el Athletic. Ahí quiza pueda encontrar razones para reconocer que el sentimiento también va conmigo, porque es lo que veo a mi alrededor. Y como, si algo tengo claro, es que este sentimiento se esculpe a base de ciclotimia, ahora no queda sino reconocer que hay sobredosis y vamos subidos a una buena montaña.

Mi buen amigo Amalio Rey sí que es futbolero. Forofo confeso del Betis. Él más o menos lo explica también desde un sentimiento que le posee. Quizá el Betis le eligió a él y no al revés. Bueno, o algo parecido. Y ahí que se zambulle para sufrir tan a gusto. Así que el pasado jueves, en la eliminatoria de cuartos de final de la copa, contra nuestro Athletic, el hombre lo pasó mal. Aunque, si miras sus tweets, es un sufrimiento de los que uno acepta por mandato divino o algo parecido. No es el único, es una actitud compartida por mucha gente. El caso es que el Betis perdió en la tanda de penalties. La suerte no estuvo de su lado. Pero vamos con lo que nos interesa.

Nos ponemos en situación: típica rueda de prensa postpartido en la que más o menos no vienes a decir casi nada. Vamos, esa en la que todo es previsible. Hasta que llegamos a la pregunta de un periodista en el minuto 11:20 del vídeo que os dejo aquí. Lo reconozco, la respuesta me ha dejado impactado, sobre todo cuando la semana pasada debatíamos en clase con las alumnas y alumnos de nuestro grado de Business Data Analytics sobre el poder de los datos estadísticos en el deporte.

En una conversación a través de Twitter, Amalio, que entiende bastante más que yo de estas cosas, explicaba que lo que podéis escuchar a partir de ese minuto del vídeo es normal. El entrenador, en este caso Marcelino, se hace a un lado. Los jugadores deciden todo: quién va a tirar los penalties y en qué orden. Él, además, prefiere no verlo. Sabrá si se marca o no por el ruido ambiente. Tomada la decisión, pasa lo que todos ya sabemos: el Athletic pasa adelante la eliminatoria porque marca todos los que va tirando mientras que el Betis falla dos. El Athletic a semifinales.

¿Empoderamiento de los jugadores?, ¿humildad del entrenador?, ¿dejación de funciones? O, visto desde otra perspectiva, ¿la ciencia de los datos no sirve para estos casos? Es decir, cuando hay que tomar decisiones, de verdad, dejamos a un lado los modelos matemáticos y que sea la situación concreta la que mande. ¿Habrá algún procedimiento por el cual los jugadores deciden o solo se trata de ver quién es capaz de imponer su voluntad? ¿Se decide por galones o cualquier recién llegado puede imponer su punto de vista?

Según parece, hubo cierta lógica en quiénes fueron los elegidos. Los dos primeros eran los lanzadores habituales. Es decir, ya había un rango preestablecido que se respetó. Lo que no sé es si Morcillo, el tercer lanzador, tiene de facto esos galones y la decisión obedecía también en este caso a un orden natural.

Para nuestras alumnas y alumnos de Business Data Analytics puede ser un baño de humildad. Sí, podemos tener datos. Sí, podemos construir modelos. Pero, ¿en el momento cumbre en el que hay que tomar la decisión? ¿Podríamos extrapolar este caso a una empresa cualquiera que haya abrazado la ciencia de los datos y que, sin embargo, cuando llega el momento de la verdad opta por dejarse llevar por la intuición del momento? ¿Cuántas veces sucederá que los modelos matemáticos quedan al margen de las decisiones de verdad? ¿O quizá estamos ante un caso excepcional y la norma no es, ni mucho menos, esta de dejar que sean los jugadores, en base a sus sensaciones del momento, quienes deciden?

Puede que todo sea más sencillo y que se puede explicar sobre una base de orden preestablecido y circunstancias del momento. Es decir, se parte de un orden y luego puede haber pequeñas variaciones que se explican por la impredecibilidad del instante concreto en que hay que chutar. En un cruce de tweets con el mismo Amalio, Ana Vitoria y Asier Gallastegi yo seguí mostrando mi incredulidad. Quizá por la naturalidad con la que Marcelino dice cómo sucedió todo. Amalio decía que es muy habitual. Eso sí, desde luego que se puede leer desde los principios de la autogestión, ¿no? Y esto me lleva a pensar: ¿si no hubiera entrenador? Ya hablamos de ello y quizá ahora podamos hacerlo de nuevo. Será otro día porque este susedido puede darnos, valga la redundancia, mucho juego 🙂

Imagen de S. Hermann & F. Richter en Pixabay.

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8 comentarios

Ana Isabel Vitorica 08/02/2021 - 10:16

La ciencia de los datos, entre lo divino y lo humano

¿Que hacía yo la semana pasada en un debate de fútbol? ¡Que tristona debo andar que entré, sin pensarlo, a una discusión de pelotas¡ La respuesta es que, cuando los leones ganan con pasión que escuece y, sin que ni siquiera me menten a sus progenitoras, me revuelvo. Con colegas de otros equipo vascos, el dulce gustillo del triunfo, saboreado en silencio, es medicina para el latido de mi corazón rojiblanco, tantas veces flajelado. Si es, en casa de Julen, con Amalio, Juanjo y Asier, la cosa se pone interesante.
No soy futbolera y el negocio del deporte me repugna, pero soy del Athletic desde la cuna. Los hombres en San Mames y las mujeres en casa viendo futbol por la tele era la rutina de cada domingo. Las caras de vuelta a casa más o menos contentas, segun el resultado, y con dos consignas que mi padre repetia: Aplaudir cuando pierdes a un rival mejor y aplaudir a los chavales perdiendo, pero sufriendo. En resumen, el eterno dilema jugar al futbol con deportividad o dar espectaculo con futbol.
No vuelvo a enroscarme con el tema de la pertenencia y los valores en el deporte y en la vida, sino que quería comentar las consideraciones de Julen sobre los datos, la toma de decisiones y el margen subjetivo para el exito.
Mi vida profesional durante bastantes años se centro en el analisis de datos y me he peleado mucho con la capacidad interpretativa de estos, cuando apenas se disponía de cantidad, calidad y herramientas para manejarlos.
Los fenomenos mécanicos son ergódicos. Con variables condicionantes similares, se obtienen resultados iguales. Una máquina no falla sino lo cambian sus parametros. En los fenomenos sociales, donde el factor humanos es el pilar, o en los de la económia real, donde lo es indirectamente, el tema se lía.
¡Cuantas estadísticas, imagenes de cada jugador moviendose y cada reacción de su cara habrán estudiado los suyos y los rivales¡ ¡Cuantas miradas entre lanzador y portero ante un penalti¡ Mucha ciencía y mucha chiripa. Las grandes plataformas digitales estan más enteradas que yo de esto y van más deprisa que nadíe, pero tampoco han aprendido –todavía- todos los recodos de la mente humana.

Hablamos de Autogestión vs entrenador, hablemos de VAR vs arbitro. ¿Estos gestores de datos con silbato pasarán al paro?. Pues todavía no, porque ellos son humanos y cualquiera le saca una roja a algún figura y fatidiamos el negocio.
Un placer compartir aqui mis cuatro días. Si es de datos nos vemos otro día, si es de futbol, quizás no.
PD: Se hubiese pacido más al sur, no descartaría ser bética. Ser del Osasuna es así de duro y que mi hijo lo sea, mi escarnio y mi culpa por dar a luz con prisas en la vieja Iruñea.

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Julen 08/02/2021 - 13:01

Yo, Ana, desde que estoy trabajando en asuntos de ética y datos con nuestras chicas y chicos del grado de Business Data Analytics tengo una especial sensibilidad por encontrar la forma que «sumar» estadística e intuición. Desde luego que es un asunto muy complejo y que admite miradas desde diferentes puntos de vista. ¿El fútbol? Bueno, nos sirve de disculpa para hablar de datos y de cómo se decide. Por Twitter nos pasaban también la referencia de gente que anda con estadísticas y publicaciones académicas en lo de los penalties. Quizá llegue el día en que las cosas sean de otra forma. Ahora mismo, por lo que se ve, los datos están ahí pero no tienen suficiente nivel como para dictar la decisión. ¿Cambiará en el futuro? Lo iremos viendo… 😉

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amalio rey 08/02/2021 - 10:46

Yo, a pesar de los pesares, soy y sigo siendo futbolero. O siendo más exacto, más #bético que futbolero. Lo describes bien en el post: se trata de un sentimiento que me posee, y es algo muy extraño en un tío tan racional como yo. Quedé bastante tocado, herido, por la clasificación del Marcelino Futbol Club, y la crueldad del minuto 93, así que lo normal es haber aplicado una severa desconexión futbolera, pero ahí estaba yo este domingo enganchado a la TV otra vez perder en verdiblanco, esta vez con el Barca.
Las preguntas que hacen son todas pertinentes. Es un buen ejemplo de la relación que se da entre datos cuantitativos, investigación previa, y las decisiones que se toman en cada momento. Te comentaba en nuestras conversaciones que tirar penaltis tiene un carga tan emocional, que sería un error imponer las decisiones a los jugadores. Aunque los datos pesan cada vez más, y se toman decisiones muy meditadas, la opinión de los jugadores que tienen que poner alma y pie para ejecutar ese acto tan estresante, seguirá siendo determinante. Lo lógico es que entre los mejores tiradores de penaltis (que están bien identificados en los equipos) , se pongan de acuerdo según cómo de seguros y fuertes se sientan. Que el equipo haya discutido eso colectivamente, era lo mejor. Es un buen ejemplo de inteligencia colectiva. También, que el Sr. Marcelino no ha inventado nada. Seguimos dando palique sobre el tema, que es divertido, a pesar del desenlace para los béticos!!!

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Julen 08/02/2021 - 13:03

A ti, compañero, se te nota la marcelinofobia jajajajajaja. No, en serio, lo que me interesa del caso es reconocer que la ciencia de datos aún no es capaz de imponerse… ni mucho menos. Lo que sí me gustaría saber es cómo se decide, ahí en esos momentos de emociones tan intensas. Ya me gustaría escuchar quién «manda» o si los demás aceptan sin más. Es un proceso de decisión bajo unas circunstancias de presión tremendas… y el entrenador se echa a un lado. Es lo que no llego a entender, la verdad.

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Germán 08/02/2021 - 20:00

Yo me siento infiel seguidor del Athletic, solo estoy atento cuando gana. Si tiene una mala racha me olvido.
En cuanto a la custión básica, diría que los datos nos acercan a la decisión pero no la resuelven. Con varios caminos alternativos los datos nos dan pistas de los más interesantes, descartando opciones. Pero a menudo hay un momento final de relativo empate en el que hay que tomar una decisión y es aquí donde la intuicion manda.
Imagino que Marcelino pensó que no aportaban nada los datos en ese momento y que, dejar la decisión en manos de los jugadores era una forma de dar mayor confianza al equipo. Opino.

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Julen 09/02/2021 - 06:04

Germán, eres un seguidor «práctico», no cabe duda jejeje. Entiendo lo que dices, pero lo que me sorprende (de ahí el post) es que el entrenador se eche a un lado, que no intervenga en esa decisión. Lo de los datos, también, evidentemente, pero casi me sorprende más lo que digo de que se quede al margen.

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Juanjo Brizuela 10/02/2021 - 08:38

Este tema me apasiona, desde lo deportivo en especial (y me voy a mi deporte, el basket, lo siento; y eso que aprendo del fútbol más para aplicar al basket) y desde cómo se puede innnovar y mejorar el rendimiento individual y colectivo desde la incorporación de la estadística avanzada en los equipos. Lo he hecho. Y hablo de ello a menudo.
No me extraña lo de Marcelino y sé que hay otros, sí Guardiola, que hace lo mismo. ¿Por qué? Porque más allá de los datos que ofrezcan los resultados previos de los lanzamientos hay una clave en todo ello que se llama «contexto emocional». Porque entenderéis conmigo que no es lo mismo tirar un penalty en el minuto 14 de partido, con 0-0, en tu campo, que en cualquier otro contexto, por ejemplo, una prórroga definitiva. Nada que ver. Por eso, el contexto es ESENCIAL.
Ayer mismo un entrenador profesional de basket, que su equipo jugará la Copa del Rey de esta semana, me explicaba su trabajo con la estadística avanzada. Flipé. Tienen TODO estudiado y todo lo que se puede hacer, que básicamente es poder integrar las probabilidades dentro de la estrategia futura. Y puedo decir que los jugadores son conscientes de ello y se aplican en ello. Pero hay en todo un enorme matiz: esto es deporte y el deporte si tiene algo MARAVILLOSO es el AZAR, que nada, nadie ni nunca puedes controlar. Y eso desparrama cualquier trabajo.
Pero la unión es maravillosa. Es como una suave droga que te va llevando a explorar campos increíbles. Lo digo de buena fé.

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Julen 11/02/2021 - 10:18

Entiendo la lógica, pero lo que no sé es hasta qué punto los «contextos» no van a ser «cuantificables» a través de big data. Tiempo al tiempo 😉

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