Andorra, El Rubius, el obispo y sus impuestos

by Julen

Hace unos días ha salido publicado por todas las partes un texto (sí, sí, texto, escritura, nada de vídeo) de El Rubius en el que compartía una «respuesta basada en la reflexión y la calma» sobre su affaire tras anunciar que, como otros de su especie, se muda a Andorra. El asunto de fondo es sencillo: aprovechar las condiciones de este país para pagar menos impuestos. Como tantos otros, de eso se trata, de que tus ingresos netos sean más elevados porque el estado se queda con un porcentaje menor de lo que lo sucedería en otros países europeos. Claro que esto puedes verlo desde el lado de las personas físicas o de las personas jurídicas. Bueno, vale, da igual, en ambos casos vas a pagar menos impuestos.

La tabla adjunta, tomada de Andorra Advisors, te puede servir para ver la desigualdad: un IVA único del 4,5%, un IRPF que aplica como tope una retención del 10% y un impuesto de sociedades que se queda en un 10%. Si nos vamos a la media europea, se sitúa respectivamente en el 21,48%, 38,60% y 20,1%. Queda claro, ¿no? Si miras la columna de España las cifras, con algunas varaciones, no se desvían mucho de la media europea. Así pues, quien quiera pagar menos impuestos, ya sabe dónde puede hacerlo. Blanco y en botella, leche.

impuestos andorra

Para mí hay tres aspectos a considerar en este revuelo que se ha montado con El Rubius y que es, por cierto, solo un ejemplo más de los muchos que se dan, aunque su dimensión mediática y el efecto arrastre de ejemplo para las nuevas generaciones lo hayan puesto más en evidencia. En primer lugar, es evidente que estamos ante un país que sigue siendo, de facto, un paraíso fiscal (aunque ya no técnicamente, porque la UE así lo acordó en 2018). En segundo lugar, está el hecho de que hoy en día aún no existe un marco legal sólido para tratar las nuevas profesiones de Internet (que ya no lo son tanto, por cierto). Por último, hay que tener en cuenta la dimensión ética de decisiones como la de El Rubius.

Andorra fue considerado por la OCDE un paraíso fiscal hasta 2012. O sea, hasta hace cuatro días. Con los convenios de transparencia (jajajajaja) acordados por la banca en 2017 consiguió salir de esa lista. No hay secreto bancario. Pero, claro, la ingeniería fiscal luego está para lo que está. Según parece, ese 10% de impuesto de sociedades puede quedarse tranquilamente en el 2%. No lo digo yo, sino la BBC. Ya veis, Andorra está ahí al lado, paraíso de deportistas de élite, de amantes de la nieve y de grandes fortunas que están hartas de pagar impuestos. Andorra te ofrece plan B. Eso sí, tendrás que cumplir con una serie de condiciones para obtener la condición bien de residencia activa o pasiva.

El segundo aspecto de todo este embrollo tiene que ver con que la geografía de Internet no coincide para nada con la geografía política del mundo. De hecho, para hablar con propiedad, sería mejor hablar de la no-geografía de Internet. En esencia Internet es flujo distribuido de información, aunque, paradojas del destino, se está convirtiendo para muchos aspectos en un oligopolio. Son los GAFAM de turno, esos de los que Amalio Rey nos prevenía a través de una serie de citas extraídas de un libro de Franklin Foer: Un mundo sin ideas: la amenaza de las grandes empresas tecnológicas a nuestra identidad. Estos gigantes empresariales retuercen la ley para que su ingeniería fiscal siga la pauta fundamental: pagar menos impuestos. Jugando con los límites de la ley es evidente que lo que sí se saltan es la ética empresarial.

Google es el nuevo jefe, es quien ha montado la plataforma para que El Rubius y compañía creen contenidos que se consumen a paladas. Las leyes de este nuevo mercado son tan solo una moderna expresión del liberalismo que tanto gusta al capitalismo global. En este único sistema la norma es cuantos menos impuestos, mejor. Porque la iniciativa privada ya se encargará de satisfacer necesidades y expectativas de los clientes, que de eso vive a fin de cuentas. Así que El Rubius no hace sino ser coherente con los tiempos en que ha nacido: adiós a cierto tipo de ética (nunca existió en su mundo), bienvenido el salvaje oeste de las no-leyes de Internet.

Porque claro que en todo esto hay un tercer elemento que planea y tiene que ver con la ética, esa que nos obliga como humanos a reflexionar si lo que hacemos nos conduce hacia el bien o el mal. Palabras mayores en tiempos de relativismo exponencial. Si yo fuera El Rubius pondría sobre la mesa alguna que otra causa benéfica a la que dedicar cierto tiempo y generar ingresos para tapar la boca a las hordas de funcionarios que se agarran a una legalidad trasnochada. Con un buen asesoramiento en greenwashing y en ethicswashing les iba a dar en los morros a toda esta caterva de inspectores de Hacienda rencorosos y aburridos hasta decir basta. El mundo en el siglo XXI es de El Rubius, de youtubers, instagrammers y tiktokers, de irreverencia y nuevos estilos de vida. No se enteran.

Algunos consideran «egoísta» o «poco ética» mi decisión de mudarme a Andorra. Pero no es menos cierto que allí se encuentran la mayoría de mis amigos y compañeros de profesión y que allí, por lo que me cuentan, puedo salir a la calle tranquilo, hay seguridad y puedo estar en un entorno cultural tranquilo y seguro, que al fin y al cabo es lo que estoy buscando.

En la comunicación escrita de El Rubius, en su «respuesta basada en la reflexión y la calma» ya lo dice bien claro: el estado no está a la altura. Hay que pagar impuestos pero si el estado no cumple su parte entonces no queda más remedio. Hay que cambiar de país.

No quiero dar mal ejemplo a los más jóvenes que me siguen, haciéndoles pensar que no hay que pagar impuestos como también se ha dicho. Todo lo contrario, pagar impuestos es contribuir con tu aportación al progreso y la prosperidad del país donde resides. Pero esto ha de ser una relación equilibrada entre el Estado y el ciudadano. Y si esa premisa no se cumple, es completamente legítimo que el ciudadano, en el pleno uso de su libertad como ser humano tome las decisiones que considere apropiadas si están dentro de la legalidad y no reciba el trato que he recibido durante los últimos días.

Andorra es lo que es y está para lo que está: para esquiar, andar en bici, hacer compras y escaquearse de pagar impuestos. Y para disfrutar de «un entorno cultural tranquilo y seguro» (alguien me lo tiene que explicar). Claro que allí hay mucha gente trabajando que buscó en ese país una opción laboral. Respetable al cien por cien. Luego, está toda esta otra gente, la de ingresos con cifras de seis o más ceros, que juegan en otra liga. Ahí me temo que ejemplos los hay y muchos. Y van para lo que van. A un país en el que el aborto está prohibido y se castiga con pena de cárcel y con un par de jefes de estado de chiste: Emmanuel Macron y Joan-Enric Vives i Sicília. ¿Quién es este segundo personaje? El obispo de la Seu d’Urgell. ¿No lo sabías? Andorra es un coprincipado con Zipi y Zape como jefes del chiringuito: el presidente de Francia (país laico, creo) y el obispo de la Seu d’Urgell. Ahí se va El Rubius para pasar más tiempo con sus amigos (la geografía física sigue siendo relevante) y disfrutar de un entorno cultural tranquilo y seguro. Eeeeeenga, que te vaya genial. Saludos a la baronesa Thyssen, que ya dijo en el Hola que la vida en Andorra es maravillosa. Ya quedaréis algún día para hablar de vuestras cosas.

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1 comentario

Ni lo uno ni lo otro - productor de sostenibilidad 03/02/2021 - 07:04

[…] de la enseñanza obligatoria sin saber leer. En ningún idioma. De las vacunaciones indebidas y de los guapitos en Andorra hablamos otro […]

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