Comprar ahora

by Julen

Tan fácil. Comprar ahora. Un clic, un simple clic. Nada más. Nada que suponga esfuerzo. Entra por los ojos. Perdón, no es un clic, es una ligera presión del dedo, de cualquier dedo. El botón está ahí. Pantalla mediante. Cultura compulsiva, cultura mercadeada. Hace ya mucho tiempo que perdimos la batalla. Lo pensaron bien y no hubo forma de decir que no. Miles, decenas de miles, millones de dedos pasán a cada instante por encima de la superficie de la pantalla. En el lugar donde dice: comprar ahora.

Mejor así. Más barato. Ofertas todos los días. Precios de derribo. Un ejército de sesgos cognitivos organizados para apalizarnos día sí y día también. Un diseño en el que nada se ha dejado al azar. Cada símbolo, cada mensaje. Cada cual cumple su función. Todos a una, todos con un mismo fin. Es simple consumo, es la manera en que la rueda sigue girando. Nos dicen que si no hay consumo la locomotora se detiene.

Estás leyendo. Vivimos de recomendaciones. Puedes cambiar de escenario tan fácil. Llegas a ese otro libro que parece que encaja en tu deseo. Porque tienes una lista de deseos. Eres persona. Eres humana. Y como tal vives, en gran parte, de desear. Ahora tus deseos dejann huella. Te invitamos a que te expreses, a que los compartas. Un deseo íntimo no es deseo. Necesitamos que tu gente lo sepa. Esos deseos: comprar ahora.

¿Enfermedad? Ahora que lo dices, quizá sí. Pero una enfermedad de diseño. Una enfermedad moderna, atractiva, cool. Comprar ahora. Nada que no viniera de atrás. Son muchos años de entrenamiento como para fracasar. Todo apuntaba al final único. No había otra razón. Todo en su línea. Eres idiota si no lo haces. Comprar ahora. ¿Lo hago? No puedes no hacerlo, no lo olvides.

Imagen de Tumisu en Pixabay.

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