Bilbao a 30 kilómetros por hora

by Julen

Ayer martes 22 de septiembre entró en vigor el límite de velocidad de 30 km/h en Bilbao. Bienvenido sea. Los estudios están ahí y, entre otras cosas, el impacto de un coche contra un ciclista a más de esa velocidad es casi siempre sinónimo de muerte. En cambio, de esa velocidad hacia atrás las posibilidades de sobrevivir crecen. Pero, al margen de este (importante) detalle, la ciudad villa gana en amabilidad para quienes la habitamos. ¿Que circular a 30 km/h es un incordio para quienes van en coche? Pues ya sabes, quizás debas mirar alternativas y dejar el vehículo a motor a un lado, ¿no?

Por supuesto que, como no podía ser de otra manera, que esta medida se implante en Bilbao tiene su punto de… ¡bilbainada! Somos la primera ciudad del mundo de más de 300.000 habitantes que nos dotamos de semejante medida. Eso dice al menos la propaganda institucional, que haberla hayla, no os vayáis a creer. Porque, desde otro punto de vista, para quienes nos movemos en bici por ella, Bilbao no es, ni de largo, una ciudad amable. Ni por cultura de los conductores de los vehículos a motor ni por infraestructuras. Si miras estudios que analizan cómo de bien consideramos a nuestra ciudad para pedalear, ahí la foto no sale nada bien. Nada de lo que enorgullecernos.

Por detrás de este decisión hay otra que quizá no ha llegado a los titulares, pero que es de reseñar: esta medida se enmarca dentro del llamado Plan de Movilidad Laboral.

Las propuestas que se recogen, que buscan lograr una mayor sostenibilidad y una menor contaminación en los desplazamientos, se centran básicamente en los viajes de gestiones laborales, en la concienciación, y en menor medida en la política de ubicación de los centros municipales y de aparcamiento. También se hacen algunas aportaciones con respecto al viaje de acceso al trabajo, orientadas sobre todo al uso de la bicicleta, y se destaca la importancia del teletrabajo como contribución a la reducción de desplazamientos.

Para quienes andamos en bici es desde luego más tranquilizador que se limite la velocidad de los coches, pero habrá que ver cómo evoluciona la convivencia porque no siempre es sencilla. Los bidegorris (carriles bici) a veces no son la opción mas conveniente para desplazarse en bici. En determinados lugares su integración con las aceras exige que lleves mil ojos puestos en los movimientos de la gente que va a pie. Si, además, te quieres mover con cierta velocidad, la opción de pasarte a compartir el espacio con los vehículos a motor es algo que sigue dando mucho respeto. Yo, que tengo costumbre de andar en bici, siempre pienso que esta ciudad no es lugar para ciclistas esporádicos. Los coches te comen si no te manejas con decisión y soltura.

Bueno, a ver cómo va la iniciativa. Desde luego que no poder ir a más de 30 km/h en coche debería disuadir a mucha gente de cogerlo porque no merecerá la pena. Entiendo que habrá cierto control para que la medida no lo sea solo de cara a la galería. El paso del tiempo va trayendo cada vez más bicis a las ciudades y la pandemia (el miedo al transporte colectivo junto con una mayor sensibilidad por el bienestar físico) ha disparado las ventas de bicicletas, eléctricas o no. Lo lógico es que los espacios urbanos pertenezcan cada vez más a peatones y ciclistas. Nos va mucho en ello: un planeta más sotenible y una convivencia ciudadana quiero pensar que de mayor calidad.

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