El futuro del (tele)trabajo seguirá siendo ¡responsabilidad social!

by Julen

A mis 55 años, tras casi 20 trabajando como consultor artesano en red, creo que conviene mirar al futuro del (tele)trabajo y preguntarse cuál es su verdadero sentido. ¿Cuánto tiempo voy a seguir trabajando con esta nueva normalidad derivada de la pandemia provocada por la COVID19? ¿Me veo con 70 o 75 años haciendo más o menos lo mismo que allá por 2003 cuando comencé una etapa en la que me desligué de una gran empresa cooperativa para iniciar una etapa profesional desde las cuatro paredes de mi despacho en casa y llevando a cabo proyectos de consultoría allí donde fuera necesario? El futuro de mi trabajo es, sin más, una proyección de mi pasado y de mi presente. Simplemente la pandemia ha reubicado alguna que otra prioridad, pero quizá, en el fondo, voy a tener que estar de acuerdo con Amalio Rey: Volver a lo básico es lo más innovador que se puede hacer ahora.

The COVID-19 crisis has forced many companies to rethink their business models at breakneck speed. While remote working was already gaining currency before the crisis, the pandemic and the step-change in use of videoconferencing globally has shown that remote working, where possible, is here to stay.

El trabajo remoto, sin embargo, llega para quedarse. Lo dice McKinsey en su artículo The future of work: Reskilling and remote working to recover in the ‘next normal’.

Advances in technologies such as cloud computing and online collaboration tools have enabled remote working in many jobs that once required in-person interactions. Until recently, however, only a few companies—mainly in the technology sector—had fully embraced remote working. […] Virtual approaches to work can also be a competitive advantage to attract a wide array of employees, including working mothers, professionals who want more flexible lifestyles, as well as broader international talent.

Las tecnologías hacen su agosto y ofrecen posibilidades cada vez mejores la interacción entre humanos. En general, parece que la economía sufre con el tsunami del coronavirus. Sí, claro que hay ejemplos de quienes han sido listos y han visto en todo esto –una vez más– una gran oportunidad. Los negocios tecnológicos ven cómo su valor crece porque representan la condición necesaria para salir vivos y reforzados en la nueva normalidad.

Se suceden los análisis que nos muestran ejemplos de empresas creativas que reorientan su estrategia y despliegan planes ambiciosos para recualificar a sus empleados. Por aquí emergen las dos piezas básicas: adaptar la estrategia y adquirir nuevas competencias profesionales. El artículo de McKinsey que referencio en este post despliega unos cuantos casos. Se permite decir, incluso, que las PYMEs están a menudo mejor preparadas para estas transiciones competenciales porque juegan con modelos más ágiles (metodología agile).

Pues bien, estaba leyendo el artículo y ahí en la mitad del texto creo haber (re)descubierto la pieza fundamental y más importante de todos estos movimientos COVID19:

Last but not least is the imperative of social responsibility. Organizations will need to consider the impact of their decisions on the communities in which they operate. Additionally, companies will have a role to play in collaborating with educational institutions to ensure that new graduates have the skills required for high-growth occupations.

Por si se nos olvidaba, al final lo que de verdad importa es la responsabilidad social que adquieren las empresas con su gente. Nada de esto tendrá sentido como estrategia de éxito si no recordamos este principio básico: las empresas saldrán reforzadas si vuelven a su esencia, esa que las conecta con su responsabilidad social. En el fondo, como decía Amalio en su post:

Lo único que tengo claro es que, para bien y para mal, después de la Covid19 vamos a seguir siendo los mismos humanos que éramos antes. Por eso, hoy que hay tantas marejadas (reales e imaginadas), lo mejor que se puede hacer es poner la vista en puntos fijos del horizonte, en esos atributos y reclamos que vale la pena cuidar y recuperar. Le llaman estrategia, que sigue siendo válida en tiempos VUCA.

Imagen de composita en Pixabay.

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1 comentario

Isabel 15/07/2020 - 19:40

“including working mothers”… Que expresión tan desafortunada a la vez que certera, en el sentido de que las responsabilidades familiares siguen siendo cosa de las madres. Porque podría haberse referido también a los padres, o simplemente decir “personas con responsabilidades familiares”. O aludir a la tan socorrida conciliación.
Porque la otra alternativa es que se refiera a madres que no son “desocupadas, gandulas, haraganas, ociosas, paradas o vagas”, que son los antónimos de “trabajadoras”
Cambiando de tema, muy interesante esa conexión de la responsabilidad social de las empresas con las instituciones educativas. Estaría bien que en lugar de quejarse de que el alumnado no sale con la preparación adecuada, volcaran su responsabilidad con recursos para que las nuevas promociones se formen en las habilidades necesarias.

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