Aprendemos de nuestras alumnas y alumnos, por supuesto

by Julen

Son ya varios años leyendo proyectos fin de máster y fin de grado en la facultad. Más de una vez he hecho de cascarrabias quejándome, por ejemplo, de la ortografía y, en general, de la calidad lingüística de los textos que hoy en día se escriben. Pues bien, no todo va a ser quejarse porque es evidente que aprendo de lo que leo. Me pasa, por ejemplo, con los trabajos que tutorizo o que tengo que leer para los tribunales de defensa en el máster de marketing digital que impartimos en la sede Bilbao Berrikuntza Faktoria en Bilbao.

Para alguien como yo, que usa la tecnología de forma más o menos intensiva, el torrente de herramientas y enfoques que se suceden en el marketing digital es difícil de asimilar si no estás en contacto continuo con ese mundillo. No soy ningún especialista en este ámbito, pero sí que necesito estar lo suficientemente atento como para entender sus dinámicas generales. En cualquier proceso de reflexión estratégica es casi obligado pararse a analizar la parte de transformación digital y el marketing es una de las estrellas del tablero de juego.

Así que reconozco que viene de perlas hincarle el diente a los trabajos fin de máster (TFM) de marketing digital. Este año, por ejemplo, de los tres que he tutorizado, uno de ellos tenía que ver con una empresa industrial que quería desplegar una estrategia de venta en Amazon. Sí, todos vemos que Amazon es el mercado online por excelencia, pero al profundizar en sus herramientas tomas conciencia de la manera concreta en que eso sucede. Si no fuera por un TFM focalizado de esta forma sería difícil comprender la manera en que se debe trabajar con el advertising, el brand store, la gestión de contenidos A+ o con la herramienta VINE. Es un complejo universo con sus propias reglas.

Reconozco que me gusta tutorizar TFM. Tienen que ver con una arquitectura de investigación y de exposición de contenidos que requiere rigor y que se acerca a lo que debemos esperar de la producción académica. Cuando tienes un buen TFM entre las manos, disfrutas. Por una parte, por lo que puedes ayudar a la alumna o alumno en ese camino de rigor en su análisis. Y, por otro lado, por lo que me hace aprender.

Esta semana que viene tengo que participar en cinco tribunales de defensa de TFM. Tres tienen que ver con proyectos que he tutorizado: uno más genérico en el que se define un plan de marketing general para una pequeña empresa de asesoría, otro mucho más específico que diseña un microsite de un software que con el que la empresa quiere contribuir a la estrategia de venta de otros productos (un caso de servitización) y finalmente el tercero que os comentaba de venta en Amazon. Además, estoy leyendo otros dos: uno centrado en una herramienta de inbound marketing para una empresa del sector de las industrias creativas y culturales mientras que el otro desarrolla un plan de marketing digital para una empresa industrial.

Sí, lo decía al principio, hay veces que me pongo nervioso por la pobre calidad de la redacción y por una ortografía que deja mucho que desear. Pero en el anverso de la moneda tengo que reconocer que me ofrecen una oportunidad estupenda de aprender con estas chicas y chicos que se enfrentan al reto de estructurar sus TFM con rigor. Por cierto, esta va a ser la primera vez en que los tribunales de defensa son en formato online. Cada TFM aparecerá en pantalla a través, en nuestro caso, de Google Meet. Las circunstancias obligan, pero todos aprenderemos. Quienes estamos en los tribunales, a evaluar de otra manera, y quienes tienen que hacer las defensas, a usar los mejores recursos didácticos online para convencernos de que han realizado un buen TFM.

Pues eso, solo quería reconocerlo públicamente aquí. Claro que aprendemos de nuestras alumnas y alumnos. Nosotros tenemos que animar para que sus TFM aporten valor. Tenemos que ayudar a que sean rigurosos y conduzcan a conclusiones y líneas futuras de trabajo lógicas. Al mismo tiempo, tienen que ser útiles para las empresas con las que han estado trabajando. Todo ello, como digo, con rigor académico. Así que lo digo alto y claro: tutorizar TFM me encanta. ¿Se me nota?

Imagen de Alexas_Fotos en Pixabay.

Artículos relacionados

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.