De sesgos e imperfecciones humanas

by Julen

Por fin he terminado de leer Pensar rápido, pensar despacio, el libro de Daniel Kahneman en el que repasa mil y un sesgos de estos humanos que poblamos el planeta. Experimento tras experimento vamos descubriendo un universo lleno de imperfecciones. Sí, parece que no somos buenas máquinas de decidir, aunque lo llevemos haciendo miles de años. No sabe uno si avergonzarse de que nos equivoquemos ante vulgares trampas del contexto o reconocer, sin más, que «esto es lo que hay». Vamos con un caso:

Un bate y una pelota juntos cuestan 1,10 dólares. El bate cuesta un dólar más que la pelota. ¿Cuánto cuesta la pelota?

Pues sí, por aquí se nos va una buena parte de nuestra autoestima si es que dijimos que la pelota costaba 10 centavos. Pero no, no hace falta que me digas por dónde iba tu respuesta. Más a chirigota puede sonar que los resultados se obstinen en demostrar que la gente dice que está mas satisfecha con su vida si antes de la pregunta se ha encontrado una moneda de ¡¡diez centavos de dólar!! en la fotocopiadora. No puede ser, no puede ser. Cosas de nuestra compleja naturaleza. Va a ser eso.

Ahora que ando a vueltas con la ética relacionada con los algoritmos y la inteligencia artificial, no me quedada otra que leer a Kahneman. Porque no hay duda de que los algoritmos no andan lejos de reproducir determinados sesgos. Si se trata es de extraer conclusiones de lo que ha sucedido en el pasado, los algoritmos son los campeones. Por eso me interesa que las chicas y chicos que tenemos en clase hurguen en sus sesgos y vean hasta qué punto los algoritmos no pueden sino seguir nuestras particulares formas de decidir.

En general, creo que conviene llevarse bien con los defectos propios. Reconocernos en la imperfección es, ni más ni menos, que revelarnos como seres humanos. Cuando vemos que la economía conductual se ha puesto de moda, premios Nobel mediante, y que Daniel Kahneman, Richard Thaler y Amos Tversky se convierten en personajes populares, me pregunto hasta qué punto no buscamos la cuadratura del círculo. Eso sí, quizá conviene detenerse y echar un vistazo a ciertas decisiones cuyas repercusiones se salen un poco de madre: para mí las de los jueces, por ejemplo, son prioritarias.

Sin embargo, creo que no pasará mucho tiempo sin que nos demos cuenta de que, con o sin economía conductual, continuaremos penando con decisiones muy mejorables. No soy optimista. Incluso ni con algoritmos de por medio. Es más, me parece que cada vez se esparce más desinformación o, en lenguaje técnico del señor Kahneman, cada vez se crean contextos más perversos. Y ya se sabe que la mezcla de acontecimientos recientes y un contexto adecuado nos conduce a malas decisiones:

Cuando no está seguro, el Sistema 1 apuesta por una respuesta, y las apuestas las guía la experiencia. Las reglas de estas apuestas son inteligentes: los acontecimientos recientes y el contexto actual tienen el máximo peso en el momento de optar por una interpretación.

En fin, dale una pensada y ya me dirás si esto va a mejor o si te parece que la estupidez colectiva y la individual están rabiosamente de moda. A ver si tenemos suerte.

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4 comentarios

Pedro 23/10/2019 - 21:02

Ya he pensado sobre esto:

«Cuando no está seguro, el Sistema 1 apuesta por una respuesta, y las apuestas las guía la experiencia. Las reglas de estas apuestas son inteligentes: los acontecimientos recientes y el contexto actual tienen el máximo peso en el momento de optar por una interpretación»

Y me he encontrado con esto:

«No me fío de nosotros. Así de claro. Creo que estamos demasiado calientes para tomar una decisión como esta…Lo que necesita… no es lanzar una moneda al aire, sino políticas que recuerden…qué es lo que tienen en común. Mientras no seamos capaces de ver al otro sin escupirle en la cara, no le veo el sentido a una pregunta tan trascendental»

Kahneman lo compraría, pero no sé yo si todos sus lectores.

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Julen 24/10/2019 - 05:40

Es evidente que la respuesta visceral, más cercana al sistema 1, ha cogido ahora mucha más fuerza en Cataluña. Es normal. La gran pregunta es: ¿»ahora» quiere decir que más tarde sí? Imagina la escena: hay tanta tensión que no podemos preguntar a la ciudadanía porque la respuesta no ayudaría a volver a reunir a la gente. Vale. ¿Rebajamos la tensión y luego más tarde ya sí se puede decidir, por ejemplo, sobre la autodeterminación, o nunca se va a poder decidir? Lo que creo que no tiene mucho sentido es dictar sentencias como las que se han dictado y pretender, al mismo tiempo, que eso enfríe la situación. Ya se ha visto la consecuencia. Kahneman compraría poder tomar la decisión, no impedirla. Si no hay decisión que tomar, Kahneman no pinta nada en todo esto.

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Student analytics: la tentación vive en el piso de arriba - Consultoría artesana en red 25/10/2019 - 06:47

[…] Claro que, frente a la imparcialidad, podemos dibujar otro sistema –mucho más caro– que juega en otra liga. Hoy lo llamamos evaluación 360. Allí entra todo lo habido y por haber. Empezamos por la introspección: cada cual es responsable de mirarse hacia dentro y comenzar a hacer girar la rueda. Y, sí, por supuesto que las compañeras y compañeros de clase algo podrán aportar al feedback. Por nuestra parte, quienes desempeñamos el rol docente tampoco podemos eludir nuestra responsabilidad. Y ya, si se puede y hay un entregable que llega a manos de alguien ahí fuera, que se sume a la fiesta de la evaluación. Lo ideal, por cierto, es que todo ese cóctel se agite en sesudas sesiones en las que se comparte tiempo y espacio. ¿Imparcial? ¿Aplicarías este concepto? De nuevo échate a temblar con los argumentos de Kahneman y compañía: sesgos, para qué os quiero. […]

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Eficiencia: bandeja de entrada de correo y escritorio físico y digital vacíos – Consultoría artesana en red 13/05/2020 - 06:22

[…] a este artículo de José Miguel Bolívar. Si has conseguido que este trabajo liberador lo haga el sistema 1 –en términos de Kahneman– todo rueda mejor. En mí es una tendencia natural. No hace falta que esté pesiguiendo el […]

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