Un contexto cuyo imaginario trasluce un estrato de laboratorios geek conformados por adolescentes empollones y jóvenes pegados al ordenador, quizá humillados por los compañeros de clase e idealizados después en historias de éxito cosidas con poder y capital. Tal es el relato de «los perdedores que triunfan» ideando una gran empresa tecnológica, logrando a «la chica» y mucho dinero, pasando por alto «lo que los hace iguales» entre ellos: que son hombres. He aquí una raíz de la intrahistoria de Internet detrás de la mitología de genios solitarios, de la cultura de garaje y de los jóvenes que crearon y siguen alimentando la factoría estructural de la red.
Texto extraído de El entusiasmo, libro de Remedios Zafra, un libro muy recomendable, no hay duda. De los de leer despacio y con una narración diría que original.
2 comentarios
[…] vivimos?— el lado vocacional sufre. Remedios Zafra ya describió este descenso a los infiernos en El entusiasmo. Y mucho antes, Rubén Martínez y Jaron Rowan, desde aquel emblemático proyecto llamado […]
[…] vivimos?— el lado vocacional sufre. Remedios Zafra ya describió este descenso a los infiernos en El entusiasmo. Y mucho antes, Rubén Martínez y Jaron Rowan, desde aquel emblemático proyecto llamado […]