No son los datos, son los metadatos

by Julen

Big DataHe terminado de leer Big Data, La revolución de los datos masivos. Es un libro escrito por Viktor Mayer-Schönberger y Kenneth Cukier y publicado en Turner. El primero trabaja en el Internet Institute de la Universidad de Oxford mientras que el segundo es editor de datos de la revista The Economist. Son 250 páginas suficientes para hacerte una composición general del estado de la cuestión alrededor de esa cosa llamada Big Data. Sin entrar en muchas profundidades creo que sirve para extraer conclusiones del alcance y las implicaciones del actual enfoque de análisis de datos masivos.

Escribiré algún otro día más cosas sobre el libro, pero hoy solo quería llamar la atención sobre el metadato. Porque es un elemento que viaja acurrucado junto al dato, más callado y sin tanta atención mediática. Y en estos metadatos es donde radica buena parte del potencial predictivo de toda esta fiesta que hoy llamamos Big Data. Unos metadatos que deberían recibir más atención. Creo que deberíamos conocer con exactitud qué metadatos se recopilan a través de los usos habituales de aparatos y aplicaciones.

Esto es de aplicación sobre todo respecto al uso de smartphones y de las aplicaciones de redes sociales. Por una parte, dada la penetración en el mercado y la capacidad actual de los smartphones, es evidente que con ellos en el bolsillo, sin que hagamos nada, ya estamos generando información. Lanzamos toneladas de metadatos por segundo. Pues bien: ¿cuáles son?, ¿a dónde van?, ¿quién los usa?, ¿firmé consentimiento para ello?

El segundo asunto es el de las aplicaciones de redes sociales. Una actualización de estado es un texto breve, pero no seamos ingenuas. Junto a ese tweet hemos lanzado una buena cantidad de datos. No hace falta que los incluyas ni que teclees nada. No, los metadatos están ahí por defecto, llegan con el equipamiento de serie de tu red social favorita. Lo quieras o no.

Pues eso, en este delirante mundo del Big Data, el metadato es el compañero que no te deja ni a sol ni a sombra. Se pega a ti como una lapa y no te suelta jamás. Coge el megáfono y va informando ¿a quiénes? de lo que haces y dejas de hacer. Esos metadatos requieren más atención. No podemos construir sistemas en los que confiemos si no tomamos conciencia sobre el metadato. Terminamos el artículo con un par de citas tomadas del libro (pág. 118 y 119).

Los mensajes de Twitter están limitados a unos escasos 140 caracteres, pero los metadatos -es decir, la «información acerca de la información»- que lleva asociados cada tweet son muy ricos. Incluyen 33 elementos específicos. […] Los estados de ánimos han quedado datificados. […]
Al igual que Google, una bandada de redes de medios sociales como Facebook, Twitter, LinkedIn, Foursquare y otras están apostadas encima de un enorme cofre de información datificada que, una vez sometida a análisis, arrojará luz sobre la dinámica social a todos los niveles, desde el individuo hasta la sociedad en su conjunto.

La imagen para la portada del blog es de Danilo Urbina en Flickr.

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31 comentarios

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[…] hoy para vender. El capitalismo es emocional. Juega en este terreno como nunca antes lo hizo. Con datos y metadatos, con conocer qué hacemos y quiénes somos. Y el instrumento para que la rueda siga girando es la […]

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Adiós a las encuestas, mejor compramos tus datos – Consultoría artesana en red 30/10/2019 - 06:39

[…] tiempo ya que el juego de verdad se ha desplazado del dato al metadato. No te asustes, pero quizá no haga falta que cuentes por Facebook no sé qué intimidades porque […]

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