Paradojas modernas: de multitudes y de personas

by Julen

Acabo de leer un artículo soberbio sobre el estado de la cuestión en torno a los MOOC: La Mo(oc)mificación de la educación, de Carlos Magro. Repasa con una gran profusión de fuentes argumentos a favor y en contra. Y cuando uno llega al final y se detiene a reflexionar sobre lo que acaba de leer, le asalta la duda: ¿estamos olvidando que tras el aprendizaje hay personas que en contacto mediante una experiencia íntima comparten conocimiento? ¿Exagero?

Los formatos «crowd» son lo que son: formas masivas de compartir o acceder a ciertos recursos. En los tiempos actuales representan un sentido colectivo que antes no conocimos. Digo diferente porque no es tanto una construcción colectiva de algo mediante interacción fuerte entre humanos. No, no es eso. Es el fenómeno que emerge cuando ahora, mediante tecnologías, un ingente número de personas pueden realizar algo que suma. ¿Suma o multiplica? Aquí hay matices.

Dos modelos: MOOC y DOCC

Claro que la suma de contribuciones, si la colocamos a escala planetaria, es útil porque el volumen le confiere poder. No es tanto que toda esa ingente masa de personas entre en contacto íntimo, sino que toda esa gente dispone de un cauce mediante el que sumar sus contribuciones. Y quizá la consecuencia final sea un efecto multiplicador, pero no debemos olvidar que la potencia surge, también, de un contacto intenso entre las personas. ¿También o sobre todo? Tengo mis dudas sobre este asunto.

En el fondo, como Carlos Magro nos señala en su artículo, no se trata tanto de magnificar los MOOC (como un ejemplo más del poder las multitudes) sino de reconocer que son un instrumento más dentro de un conjunto de posibilidades. Yo suelo decir que no hay mejor predictor de éxito en un curso que la necesidad que alumnas y alumnos traen de casa. Más que en el rol docente la clave está en el otro lado, en la actitud de quien viene a aprender.

Cierto que en procesos masivos -lazo débil- podemos encontrar conexiones íntimas -lazo fuerte-, pero desplazar el eje de la persona al contenido puede conducir a un empobrecimiento de la experiencia de aprendizaje. Los contenidos, la información, está ahí. Y puede desplegarse de forma atractiva para que esa alumna con interés aprenda. Sin embargo, esa alumna construirá la persona que va a ser en contacto con otras personas. Y esos contactos requieren de cierta reflexión y sosiego.

Puede ser que mi reflexión sea carca. A veces me pregunto si no es simple rebeldía ante el hecho de que uno va distanciándose cada vez más de sus alumnos, al menos en edad. Esa jodida chavalería se empeña todos los años en tener la misma edad cuando yo, su profe, cada curso soy un año mayor. Y quizá no sea capaz de ver lo que otras personas en otras edades son capaces de ver.

Por eso, ahora mismo, veo paradojas: MOOC como oportunidad y como trampa. Por cierto, que estas cosas una persona a la que suelo cosas muy juiciosas es Ainhoa Ezeiza. Yo que tú, si te interesan estas cosas, leía lo que escribe.

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