Director de algo, un gran puesto. Buscamos a la persona más adecuada, a la persona que cumpla al 100% el perfil definido. Es la persona que debe dirigir, motivar, establecer relaciones de provecho. Es la referencia, aquella persona que marcará el rumbo de acuerdo con los objetivos. Es una persona fundamental para el éxito del proyecto. Así ha sido, ¿así debe ser?
Tras el azucarillo de autoestima que recibí el viernes pasado al proponerme estar al frente de un proyecto, llega mi conclusión lógica en un mundo organizado en forma de red distribuida: no deberíamos concebir los proyectos tan dependientes de un perfil líder. Incluso creo que no deberíamos concebir los nuevos proyectos empresariales desde la óptica de su supuesta cabeza. Tienen mucho más sentido desde el reparto, desde la paridad, desde la asunción de un precepto básico: pueden más ciento volando que pájaro gordo en mano.
Hace ya unos cuantos años, cuando hacía muchas selecciones de personas personal, cada vez que había que elegir «jefe» me asaltaba la misma duda: ¿jefe de quiénes? Porque el jefe que había que buscar era una persona diferente dependiendo de quiénes fueran sus supuestas personas subordinadas. Así que ahora «director» también me parece que pierde sentido como tal. Director en función de, director como facilitador de, director como uno más y que no ande jodiendo tanto. Director, director, ¿por qué tanto insistir en este puesto? Y digo «director» porque todavía prevalece el género masculino de forma ominosa en este tipo de asuntos. Las mujeres, me temo, salen huyendo del modelo John Wayne y buscan en otros lugares más amables relaciones laborales más gratificantes.
Muchas veces he escrito por aquí eso de que sobrevaloramos al jefe frente al indio. Por eso me gusta tanto la lógica de Belbin cuando habla de roles de equipo y ve en ellos aspectos positivos y negativos. Es todo más normal: no vivimos en una sociedad de gente superdotada a tutiplén. Vivimos en una sociedad de gente «mayormente normal», que destaca en algunas cosas y arrastra percentiles mínimos en otras. «De todo hay en la viña del señor», que diría mi madre. Así que con este percal hacemos las empresas. Sólo se trata de que compartan algo. ¿Sólo? Pues va a ser que sí, a pesar de los excesos de la sobreorganización en voga.
Por eso, mi tres consejos para elegir un buen director:
- Piensa en el equipo y reparte balones, incluyendo al supuesto director. No vaya a ser que tanto director te haga olvidar que quienes reman son normalmente los indios.
- Mejor que el director sea persona normal, no demasiado alejada del común de los indios. Y esto también tiene que ver con la retribución. Mejor que no se alejen del estándar, que esto hace más daño del que parece.
- Incluso probaría a que los indios eligieran (si les hace falta) jefe. Lo que hace necesitan es cumplir objetivos, establecer retos, pero eso no supone necesariamente jefe que los establezca. Ya veremos.
Dicho todo lo anterior, no pasa nada por tener director o directora. Alguien tiene que representar a los indios en las conversaciones de paz 😉
9 comentarios
Bueno, al grano…. si te van a hacer Director…. ¿vas a poder ficharnos? 😉
En realidad, es mucho más sencillo. Ya soy director… de mi propia empresa de consultoría compuesta por una persona y sus circunstancias. Claro que éstas son bastantes, pero podemos hablarlo para ver dónde encajas. Algún hueco encontraremos jajajaja.
“Vivimos en una sociedad de gente “mayormente normal”, que destaca en algunas cosas y arrastra percentiles mínimos en otras.”
Cuando apliquemos lo que se deduce de esta máxima, que la inteligencia sólo puede ser colectiva, otro gallo nos cantará¡
Por cierto, si necesitas un adjunto del adjunto del director y sus circunstancias, no te olvides de adjuntarme.
Un director es alguien normal que hace que los otros normales actúen y se sientan como genios. Tremendamente difícil dadas las limitaciones de unos y otros, pero fascinante cuando descubres que la magia no está en los nodos si no en sus interreralaciones.
Sabes como pocos de qué hablo. Que disfrutes Director.
ejem!! Señor DIRECTOR se acaba de olvidar que usted también es DIRECTOR de mi proyecto de MBA!!! 😀
Me quedo con el segundo de los consejos para poder digerirlo mejor…
Descansa!
Sr. Director, ¿podría compartir qué es lo que dirije? No nos deje en vilo.
Ya veo la jefatura, ¿es orgánica? ¿funcional? ¿jerárquica? ¿colegiada? … para mi desgracia, no soy jefe de casi nada, pero responsable de mucho.
¡En hora buena! y ¡Salud!
¿Director? ¿De traje y corbata? 😉
[…] porque, como la inteligencia colectiva siempre será superior al lider-hart-azgo del management. En palabras de Julen, “Vivimos en una sociedad de gente “mayormente normal”, que destaca en agunas cosas y […]