Imagina un vehículo. Todo su diseño gira en torno a personas sentadas en sus asientos. Sobre todo, en torno a una persona sentada en un asiento: quien conduce. Este es un paradigma. Un asiento, un volante y una persona a la que deben supeditarse un buen número de sistemas. Cada uno de ellos debe cumplir una función para que quien conduzca lo pueda seguir haciendo, con mayor seguridad, con más comodidad.
Ahora cambia de paradigma. En vez de una persona hay un ordenador. Y debes conectar periféricos para hacer que todo funcione. Piensa en un avión. Debes hacerlo funcionar casi sin que esté la persona. Podría ser de otra forma. Una forma completamente diferente de entender el vehículo. Piensa en un avión.
Imagina el avión. Un gran motor, asientos donde van personas, que quieren trasladarse de un lugar a otro. Quieren hacerlo con comodidad, rapidez. La compañía aérea mira su negocio en el transporte. Analiza sus costes, analiza su nivel de ocupación, las diferentes alternativas de rutas para optimizar el uso de sus naves.
Ahora cambia de paradigma. El vuelo es un lugar donde un grupo de personas interactúan. Y allí puede suceder algo que genere negocio. Reutilizamos el tiempo del vuelo para otro tipo de actividades en vez de las tradicionales. En vez de dormitar con las piernas encogidas, hay una oferta de juego o de otro tipo. En vez de considerar ese tiempo «muerto», cambiamos de paradigma. Otro enfoque, otro negocio.
Los cambios de paradigma sirven para innovar. Y la innovación no sólo tiene que ver con la tecnología. Casi mejor que no tenga que ver con ella. La innovación surge de la imaginación de pensar con otras gafas. Piensa con la vista. Huele con la mirada. Enfoca diferente.
Esta mañana he tenido el gusto -los pintxos, como siempre- de compartir un rato con Mario y con Jaizki. Cerraban los actos relacionados con la campaña de sensibilización de la cultura innovadora, que desde la agencia de innovación de la Diputación Foral de Bizkaia BAI han estado organizando últimamente. Mario ya ha hablado de ello en su blog en varias ocasiones. Hoy en la sesión final hemos escuchado cinco experiencias innovadoras. Eso sí, bajo un formato tradicional: exposición tipo monólogo. Al margen de que a todos se nos ocurren otras formas -todavía no aceptadas por el universo de corbatas- me ha gustado mucho la exposición de Metalúrgicas Askada.
Quizá porque vengo de una empresa de automoción, el ejemplo de cambio de paradigma que ha expuesto me ha impactado más. Es poco más o menos lo que explicaba al principio de este post. Piensa bajo otro prisma el vehículo. Cambia el negocio. Surgen nuevas oportunidades.
También ha tenido su interés la exposición de la gente de Owasys, explicando cómo están hurgando en pequeños nichos (vamos, al final de la larga cola).
Por cierto, para formas alternativas de organizar estos saraos, Eleder (gracias) me ha pasado la referencia de Open Space Technology. Interesante para contemplar otras posibilidades.
7 comentarios
Por cierto, estamos organizando un OST para RichDadClub en Palma de Mallorca para el primer fin de semana de febrero. Por si quieres «vivir» la experiencia en directo…
Mira que he estado a punto de cambiar alguna frase, pero con lo de «todavía no aceptadas por el universo de corbatas» pensaba que quedaba claro el mensaje. No era tanto que no tengáis la idea sino de que el público objetivo no está por la labor de consumir ese nuevo tipo de formato. Pero creo que es bueno que lo digamos. Todos sabemos que un cliente es un cliente y que uno hace lo que puede y hasta dónde le dejan, pero eso no obvia para que evidenciemos que el camino innovador pasa por otras «tracas finales».
De todas formas, seguro que con el esfuerzo que os ha llevado todo el tinglado, la sensibilidad está más a flor de piel y yo he aparecido en el momento más inoportuno.
Pero como no tengo muchas amistades encandiladas con la isla de El Hierro y no quiero perderlas, si mi comentario ha herido, soy capaz de borrar la entrada de golpe.
Tú sigue innovando en la medida en que puedas. Ya sabes que tienes gente que apreciamos tus esfuerzos. Yo pruebo cosas nuevas en mis territorios. Ya pondremos en común.
Un saludo,
Julen
No debí tomar esos chupitos de licor de hierbas en la sobremesa…
Era eso, condenado… ja ja ja. Ten cuidado y conduce despacio el avión de vuelta. No corras, que ponen controles. Ya sabes: el tope son 100 ml. Disfruta.
gracias julen, tengo que ir a graduarme. ¿puedo seguir utilizando este filtro en ese paradigma?.
Tanto hablar, y te dejas lo más importante. El espactáculo de malabares con copas y vino durante el cóctel. 😉
Ya has visto, Jaizki, que soy un tipo legal y no aireo tus trompazos a consecuencia del vino. 😉